Las humoradas de dos payasos

Yo creía que los payasos solo se recreaban en el circo. Hoy he visto que no. La pista de ese gran circo de Europa ha demostrado que aún siguen las payasadas. He visto la postura en pie, como si estuviese en un tugurio del oeste al huido de la justicia. Solamente le ha faltado sacar las pistolas y alardear de ellas, pero no, no ha sido así, ha sacado su boca ancha y le han salido improperios pasados de moda que, solamente un saltimbanqui sería capaz de pronunciar.

«Nuestra libertad de expresión en esta cámara vale menos que la suya», le ha espetado este fugado de la justicia al presidente de España, durante su participación en la sección en el parlamento europeo. No voy a decir que esta frasecita no tenga razón de ser, solamente la veo impropia en Puigdemont, toda vez socio, amigo querido y comparsa en esta feria de las veleidades, como si se tratase de un circo. Solamente les ha faltado a estos dos camaradas las pinturas y ropajes que usan los payasos.

Le ha dado a entender a Sánchez, al jefe del Gobierno comunista social de España que está dejando pasar la oportunidad, bien por miedo o por incapacidad, dejando a su vez inquisitivamente con palabras fiscalizadoras, dejando a su partenaire, tachándolo de incumplimiento de las promesas contraídas. Señor Sánchez, ¿qué compromisos le quedan para comprobar que son dos payasos, uno el separatista catalán huido a Bélgica y el otro, mentiroso, traidor y farsante? Dígalo. Lo que nos espera a los españoles es una incógnita desconocida.