Las tentaciones de Sánchez

«Todo esto te daré si postrado me adorares». La frase que dirige el Demonio a Jesús en las tentaciones que sufrió en el desierto es similar a la que han dirigido a Pedro Sánchez los líderes de los partidos cuyos votos necesitaba para seguir en el poder, gozando del Falcon, del colchón monclovita y, en conjunto, de cuanto significa la «erótica del poder». Jesús resistió, a pesar del hambre de cuarenta días de ayuno, de la soledad y de la pobreza, pero Sánchez no ha resistido la tentación. Es más, la ha buscado y es cuando todos los demonios han conseguido que Sánchez, genuflexo, entregue lo que ni siquiera le pertenece. No es suya España y está dispuesto a entregar una parte de ella; no es suya la Hacienda y dispone de ella, perdonando deudas; no es suya la Justicia, y perdona los delitos; no es suyo el poder legislativo, y deroga preceptos que tipifican delitos en que han incurrido «los demonios» que le tientan ofreciéndole el poder. Sánchez ha caído en todas las tentaciones que le han prometido seguir en la Moncloa, y entrega lo que no es suyo. Y nos roba a los españoles nuestros derechos.