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20 de septiembre de 2024

Cartas al director

Límites a la respuesta legítima

Muchos son los conflictos que asolan nuestro planeta. Los más «populares»: Ucrania, Gaza, Yemen, Siria, Myanmar, Balcanes, Libia, Mali, República Centroafricana… por citar algunos de los que nos encontramos en la prensa diaria. Las reacciones de las potencias «estables» y sobre todo de los conocidos P5 del Consejo de Seguridad de NN.UU. (US, UK, FRA, CHI y RUS) son dispares, dependiendo del daño que, a través de ese conflicto armado, se considere se puede hacer a las otras potencias competidoras por el dominio geopolítico.

Si nos fijamos en detalle en esos conflictos armados y guerras, es curioso encontrarnos a Rusia y China, normalmente, del lado de la «parte agresora» y a las potencias occidentales del lado del agredido. Es como si se estuviese castigando a occidente con sangre de poblaciones más pobres y alineadas con la cultura occidental (Ukrania, Israel, Yemen, Mali…). Lo más grave, dichas agresiones e injerencias a través de «proxis» (milicias independentistas ucranianas, Mercenarios rusos: Wagner y otros, Hezbollah libanés, Hamas, milicias proiraníes, yihadistas islámicos…etc.) van todas ellas acompañadas por una campaña perfectamente estudiada de influencia en la opinión pública, por ende, de influencia en las decisiones políticas. Términos como defensa propia, proporcionalidad, derecho humanitario, escalada del conflicto… etc., se mezclan con argumentos farragosos, medias verdades y expresiones populistas. Poco a poco se nos va convenciendo de que es mejor no actuar pues «¿quién sabe si el agresor tiene sus razones?» o ¿si actuamos contra el agresor, cómo afectará a nuestra seguridad?... Aunque últimamente lo que más oímos es: En caso de actuar, el conflicto escalará y se extenderá a toda la región y afectará «directamente» a nuestra seguridad.

¿Es ese el espíritu de libertad e igualdad, basado en los derechos humanos, que ha promovido el crecimiento de una Europa libre? ¿Estamos en la era del egoísmo y la insensibilidad? No se trataría de actuar siempre, sino de evaluar los riesgos en un marco de cooperación y espíritu de sacrificio.

Efectivamente, en este caso le doy la razón a Henry Kissinger, cuando dijo algo así como… que lo que Europa necesita es:

1. Definir lo que quiere ser

2. Marcar claramente lo que no quiere Aceptar

3. Establecer los sacrificios que está dispuesta a asumir para alcanzarlo.

Mientras no distingamos entre, ley-orden y ley de la jungla, proporcionalidad y legítima defensa, escalada asumible y egoísmo… ni Europa ni los aliados occidentales saldremos del cinismo político. Deberíamos definir claramente los sacrificios que estamos dispuestos a asumir para salvar nuestra libertad.

Ignacio Cortiñas

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