Que Dios nos coja confesados

Los que nos consideramos constitucionalistas podemos decir que hemos logrado, por el momento, una victoria ante el fracaso de Sánchez. No salió adelante la ley de amnistía en el Congreso y eso siempre es motivo de alegría. Este (nefasto) Gobierno de la infamia está mostrando poco a poco fragilidad. Pero todos sabemos que Pedro Sánchez intentará aprobar la ley en cuestión de días. Tienen un mes para negociar y votar de nuevo pero es probable que lo hagan por la vía urgente. Hay que tener muy en cuenta que con la aprobación de la amnistía la separación de poderes naufraga en España y el poder judicial va a ser sometido a una purga de tintes estalinistas; amnistía para los acusados de terrorismo; amnistía para los delincuentes nacionalistas. No me extraña nada que Puigdemont esté preparando su vuelta a España, donde los suyos y también el Gobierno de Pedro Sánchez le recibirán como un héroe. Recorte de libertades, control ciudadano, restricciones de movilidad. Que Dios nos coja confesados.