Socavar el muro

Desde siempre, al menos los que mucho o poco solemos leer e instruirnos, sabemos que a través de la Historia los grandes muros y los grandes imperios han caído por cosas pequeñas, tan simples como quitar una pequeña piedra en la base del muro, sabiendo que el resto se desplomará sin remedio. La Constitución es el muro defensor de la enorme fortaleza de la Democracia, pensada y desarrollada con mecanismos que la protegen de los ataques frontales, pero no tanto para las numerosas y al sentir de la sociedad adormilada, insignificantes agresiones que como la piedra del muro terminaran destruyéndolo todo. Poco a poco, día tras día, contemplamos como aquello que nos parecía imposible va tomando realidad y nos acerca al caos. La división de poderes y jueces amenazados, junto con los valores de todo el pueblo bajo la lupa de un revisionismo ignorante e histérico destruyendo familia y cultura. Poco o nada quedará en pie o como referencia donde sujetarnos si pronto no ponemos remedio. Los enemigos de nuestro muro, ni siquiera vienen del exterior, pues de forma traidora trabajan desde dentro para destruirlo y llevarnos al abismo. Las esperanzas de ayer, aquello que parecía imposible, piedra a piedra lo han derruido y ya la ley se transforma en su ley y la justicia en lo que digan sus jueces, y hoy solo queda el baluarte de la unidad de España, que veremos cómo lo interpretan de forma torticera y poder sacrificarla a los intereses de sus socios chantajistas. Solo quedará el hacer de las FF. AA. para impedirlo por imperativo constitucional y para entonces, el caos será irremediable. Ojalá me equivoque.