No caerá esa breva

El presidente ha decidido darnos cinco días para que reflexionemos sobre su amenaza de dimitir. En una lacrimógena carta –¡ay las cartas!– se queja del trato recibido por periódicos digitales, la derecha y la ultraderecha. Es cierta la procedencia de Miguel Bernad y su sindicato Manos Limpias, desde las cercanías de Fuerza Nueva, aunque Bernad es un luchador que también ha litigado contra el PP, pero el hecho de que un Juzgado madrileño haya abierto diligencias por la demanda de Manos Limpias, ya entra en la neutralidad de la ley y en los trámites que un juez debe seguir cuando existen indicios de veracidad en lo que se le plantea. Por ello, por mucho que Sánchez vocifere o acuse por una campaña contra él, a través de su mujer, su obligación es ir a los hechos, y no al demandante o a todos los periodistas que día tras día muestran a sus lectores los resultados de sus investigaciones, que no todos escriben en el boletín oficial que es El País. Por tanto, lo que debe demostrar Sánchez es que su mujer no ha mediado en negocios que han encontrado el favor del Gobierno. Por ello, respecto a la posible dimisión que plantea en su carta, aunque habrá muchos interesados en que siga, por temor a perder la soldada, somos también muchos los ciudadanos que decimos que no caerá esa breva .