Galdós sigue vigente

Galdós es el gran maestro, el escritor que retrató como nadie el siglo XIX español, una época especialmente convulsa, en la que se gestó la división de la sociedad, con unos ciudadanos enfrentados en continuas querellas ideológicas, en un si quito o pongo a este Rey o Reina, carlistas e isabelinos, liberales y moderados; en fin, unas disensiones continuas que desembocaron y se prolongaron en el siglo XX. En España, con la llamada transición, se produjo el milagro de la reconciliación de todos los españoles, ese espíritu del 78 que ahora tantos, en aras de un progresismo suicida, intentan pisotear.

Un tal Zapatero ya «desenterró» el pasado de los enfrentamientos y, ahora, su aventajado discípulo Sánchez se ha vuelto un consumado maestro que, con tal de mantenerse en el poder político de España, no tiene ningún escrúpulo en pactar continuamente con los que la odian. Muchas palabras de Galdós no han perdido vigencia. «No sé qué tiene para la gente de este siglo el tal mando, que trastorna las cabezas más sólidas, da prestigio a los tontos, arrogancia a los débiles, al modesto audacia y al honrado desvergüenza».