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16 de septiembre de 2024

Cartas al director

Hacerse una Begoña

La presidencia de Pedro Sánchez en el Gobierno de (lo que deje de) España, significará una definitiva superación progresista de principios y valores viejunos y fachosos. Como aquello del respeto a la palabra dada y el cumplimiento de las promesas, la valoración del mérito y la capacidad por encima de los vínculos familiares o la filiación partidista, el respeto a jueces y tribunales, la conciliación entre españoles, la honradez de la mujer del César...

Lo progresista hoy es que la verdad dependa de la cambiante opinión del presidente y que sus intereses de permanencia en el poder determinen incluso la constitucionalidad de medidas como la amnistía. Lo progresista es la aceptación del chantaje de los secesionistas, el blanqueamiento de los asesinos etarras y, en caso de corrupción judicialmente acreditada de los tuyos, la liberación de los corruptos mediante el amparo constitucional otorgado por un TC integrado mayoritariamente por los que previamente nombraste. Lo progresista hoy es fomentar el cainismo desenterrando odios que dividan a los españoles y que a los familiares del presidente no les falte de «ná».

Y observando el entretenido episodio nacional que está protagonizando doña Begoña Gómez, cabría añadir a las anteriores aportaciones progresistas hacerse una Begoña. Que significaría obtener una cátedra universitaria sin ser siquiera licenciado y, tras liar la del pollito con negocietes de dudosa moralidad, aparentar ser una supina ignorante que no ha roto un plato, para provocar así la conmiseración ajena. Claro que, sin la cercanía de un poderoso cónyuge, no es fácil lo de hacerse una Begoña.

Miguel Ángel Loma Pérez

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