Cartas al director
Ofensas a los cristianos
Con motivo de la ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos, veo que muchos cristianos hemos sido atacados y ofendidos. Lógicamente, se han sucedido numerosas quejas y protestas por el ataque a nuestras creencias. Sin embargo, ha sido muy escaso el número de manifestaciones recordando que quien ha sido ofendido gravísimamente es Dios, Nuestro Señor. Que en el mundo entero nos hayamos visto empujados a contemplar cómo se le ofendía en un acto diabólico y que Él es el verdadero objeto de tan gran ofensa.
Se entiende mal que la jerarquía, los ámbitos religiosos, todos los fieles, no nos hayamos lanzado desde el primer momento a organizar actos de desagravio: Misas, rosarios, quedadas para rezar, en reparación por la blasfemia. Eso es lo que urge. Eso es lo que espera de quienes le queremos. Es verdad que ha habido alguna cosa puntual, pero tenemos que hacer más para reparar y consolar al Señor y a nuestra Madre Santa María.