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20 de septiembre de 2024

Cartas al director

Una traición consumada (y 2)

Gracias a ello (al compromiso con la convivencia de la Transición) hemos tenido la fortuna de vivir unas décadas de gran progreso y mejor convivencia entre los españoles. Desafortunadamente, esta situación comenzó a cambiar, primero de la mano del presidente Zapatero, quien devolvió a los españoles a los sentimientos divisivos. Pero, no sería hasta que Sánchez se hiciera con las riendas del PSOE, mutando la socialdemocracia hacia un socialismo que, disfrazado de progresía, se acerca más propiamente al de Largo Caballero. A su llegada a la presidencia del gobierno, primero con una fraudulenta moción de censura y segundo tras unas elecciones perdidas, se puso en manos de los partidos que buscan la destrucción de España, el principio del fin.

Hoy, la traición no viene de Puigdemont, es más, me pregunto si habrá habido un acuerdo previo para que esta grotesca situación se haya producido. Para desgracia de España hay que mirar a su propio gobierno.

De esta forma terminaba ayer mi contribución a este diario, hoy, 24 horas después, parece más clara la respuesta. Pocas dudas quedan del acuerdo a tres partes entre Sánchez, Aragonés y Puigdemont para que todos tengan su momento de gloria, Sánchez para seguir en la Moncloa, Illa es una mera marioneta accionada por él, Aragonés para restaurar su debilidad, mostrada en las urnas, y Puigdemont para continuar con su farsa y eludir la acción de la Ley.

Conclusión: el presidente de España cede una vez más ante los que quieren destruirla y se manifiesta de manera incuestionable su traición, a sí mismo, si alguna vez tuvo principios, a su partido, el PSOE, al Estado, al que juró defender, y a la inmensa mayoría de los españoles, olvidando su función de servicio en aras de su interés personal.

Jesús de Miguel Sebastián

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