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20 de septiembre de 2024

Cartas al director

Septiembre llama a la puerta

El regreso de las vacaciones siempre está plagado de asignaturas pendientes. Este mes de Septiembre arrancará con muchos frentes abiertos por un lado la apertura del año judicial sin elegir quien les mande, por otro la «rebelión autonómica» decretada por el PP, o la «rebelión de la minoría del Tribunal Constitucional», que va a plantar un frente muy duro ante la amnistía y ante el pacto suscrito por el PSC con ERC, que casi todo el mundo considera inconstitucional por los cuatro costados y que sirvió para investir a Salvador Illa. En el barco del capitán Sánchez se suceden los incendios. Algunos, como el de la «regeneración mediática», iniciados por él mismo. O el inevitable descontento de los independentistas ante los presuntos incumplimientos -porque son incumplibles- de los pactos por parte de La Moncloa, porque lo cierto es que tanto ERC como Junts están hechos unos zorros.

Pero ese descontento va a dejar en minoría al Gobierno central en el Congreso de los Diputados. Y entonces, por ejemplo a la hora de aprobar los Presupuestos, ¿qué? Yo creo que, antes de optar por convocar nuevamente las segundas elecciones anticipadas en poco más de un año, Sánchez, tratará de ganar tiempo. Distrayéndonos, por ejemplo, con una remodelación importante de sus ministros en un Gobierno que funciona globalmente, con excepciones, de manera deficiente, por decirlo de manera suave; y creo que lo hará aprovechando que la vicepresidenta Ribera se nos va a Europa y que el propio Sánchez ha dejado al ministro Escrivá a los pies de los caballos al proponerle teóricamente como gobernador del Banco de España. Todos estos temas dan, cada uno de ellos, para escribir un libro voluminoso, antes de pasar a ser un mero recuerdo porque cuestiones aún más dignas de titulares escandalizados los sustituyan.

Pero mi tesis es que se está cerrando el círculo de lo gestionable a trancas y barrancas y se está abriendo el abismo de lo que ya empieza a ser irreversible: la situación del fiscal general y del presidente del Constitucional, la batalla entre Congreso y Senado, el desamor de aquellos medios de comunicación que sienten que se les dificulta cumplir con su deber. O la ingobernabilidad, una vez que ha estallado en pedazos, o está a punto de hacerlo, la «mayoría Frankenstein». Y ya veremos como actúa el señor Ábalos, que anda muy enfadado.

Gracias,

Saludos,

Genaro Novo

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