Cosas de vascos

Pues sería una fácil explicación: que España no consigue pasar página de ETA, pero los vascos ya lo han hecho. Esta opinión parte de la base de que en el País Vasco viven los vascos y en España, los españoles. En el fondo, esta opinión se basa en la existencia de un pueblo vasco diferenciado y protagonista del llamado «conflicto vasco».

Sin embargo, en esto Sabino Arana sí acertó: el pueblo vasco se mezcló con aquellos que llegaron atraídos por el despegue industrial, hace más de un siglo, con los que se han venido llamando «maquetos», de forma que la etnia vasca, o lo que de ella hubiera, se diluyó con la extremeña, la gallega y la castellana. De eso se han dado cuenta los nacionalistas y por eso ya para ser vasco es suficiente identificarse como vasco y hablar euskera, el idioma que nos hace vascos.

Rodeados de españoles, los independentistas vascos han decidido abrir su potencial creyente porque de lo contrario no pasaban de minoría. Y así como Sabino Arana abogaba por negar el aprendizaje del euskera a los maquetos, Arzalluz descubrió el camino cuando dijo preferir a un negro que hablase euskera que a un nacido en tierras vascas que no lo hablase. Y tan fusionado está lo vascoespañol que no todos disculpan el pasado de Bildu ni creen que hubo dos bandos con sus respectivas víctimas. Esa es la postura inamovible de quienes lamentan el dolor causado pero lo justifican. Y eso no es pasar página, sino escribir la historia, la versión de la historia que conviene a algunos, pero no a todos los vascos.