Cartas al director
Enemigo público número uno
Su historial lo certifica. En 2016, realiza un intento de pucherazo para recuperar la Secretaría General del PSOE. En 2018, plagia el 87% de su tesis doctoral, y accede al poder mediante una infame moción de censura. Decreta ilegalmente el estado de alarma durante la pandemia. Indulta a los golpistas catalanes y a los condenados por los ERE de Andalucía. Se alía con los herederos de la terrorista ETA y con los separatistas catalanes, en contra de sus promesas electorales. Le regala a Marruecos, sin consultar al Congreso, la autonomía del Sahara español. Promueve la Ley del «solo si es sí» que saca a la calle a violadores sexuales, y la ilegal Ley de amnistía, para blanquear el independentismo catalán. Pisotea la palabra democracia, despreciando al Congreso y al Senado, a golpe de decretazos. Coloniza todas las instituciones del Estado y declara la guerra abierta a los contrapoderes (justicia y medios de comunicación). Se enemista con el presidente de Argentina, pero se mantiene fiel a Maduro. Se deja chantajear por los enemigos declarados de España, pagando con lo que es de todos y rompe la esencia de la nación, como es la igualdad de todos los españoles.
La corrupción asalta todo su entorno político y familiar (que en cualquier país de Europa hubiera provocado su inmediata dimisión). Durante la reciente DANA, evita declarar el estado de emergencia y retrasa la ayuda a Valencia, con un proceder inhumano. Y lo último, nos amenaza con su perpetuidad, al decir «nos quedan tres años y los que vienen después». ¡Para salir huyendo!