Nos la vamos a pegar: el gasto y el déficit de la Administración Central están fuera de control
La realidad es la que es y sabemos, además, que en el último trimestre se contabiliza un 20 % más de lo que se contabiliza de media en los tres primeros trimestres
Acabamos de empezar diciembre, y eso significa que ya solo queda un mes para poder arreglar el desaguisado que tiene nuestra Administración Central. Aunque me temo que para querer solucionar algo lo primero es saber que tienes un problema y después asumirlo y ponerte manos a la obra para tomar medidas que lo arreglen.
No tengo ninguna duda de que en Hacienda saben que tienen, no uno, sino muchos problemas, y los conocen a la perfección, pero me da que van a utilizar el modelo de Congreso del Partido Sanchista: una patada para adelante, no solo no se van a poner a arreglar el problema, sino lo que es mucho peor, lo van a negar.
Pero, es imposible negar en estos momentos una realidad tan enorme como que el gasto de la Administración Central del Estado está completamente desligado de la realidad y muy por encima de los ingresos que están teniendo —y lo que es peor, es que son unos ingresos que no tengo nada claro que se vuelvan a repetir—. Esto me hace pensar que ya todo les da lo mismo.
Bruselas sigue, al menos de momento, a 10.000 metros de altura, en una situación de levitación incomprensible. Que a estas alturas nadie haya llamado la atención al Gobierno español por el desastre de los Fondos Next Generation, por los incrementos de deuda, por un déficit cada día más alto, por un gasto descontrolado, por un PIB dopado con ese gasto y ese déficit, con una inversión pública que no existe y muchos parámetros completamente descompensados, da la impresión de que no saben lo que de verdad tienen entre manos.
Que un europeísta como yo tenga que escribir esto me produce una pena interior tremenda, porque siempre he estado convencido que Bruselas, la Comisión, el Consejo y los técnicos que tenemos terminarían poniendo pie en pared de toda la barbarie económica en la que estamos metidos.
El pasado viernes, 29 de noviembre, la Intervención General de la Administración del Estado ha publicado los datos oficiales de septiembre. Y es muy preocupante que vayamos siempre con dos meses de retraso a la hora de tener información, cuando la Agencia Tributaria ya ha publicado el mismo día los datos de recaudación del mes de octubre, y el 23 de diciembre publicará los de noviembre.
En un mes empezaremos a decir que ya nos hemos comido un cuarto del siglo XXI, pero parece que seguimos anclados en una digitalización de la información del siglo pasado. Si eso pasa en el Ministerio de Hacienda, que no estará pasando en el de Justicia, donde los legajos de información para un solo expediente pueden tener miles de páginas.
Parece que el dinero se usa para cualquier cosa menos para la tecnificación de los procesos. Y si no me creen, miren el cuadro que les he preparado para que vean el desmadre generalizado en el que estamos:
En el cierre del tercer trimestre del año el déficit contable de la Administración Central del Estado ha crecido un 35,8 % pasando de los 23.208 millones a los 34.466 millones de euros. Mientras en el 2023 este déficit suponía el 2,1 % del déficit, este año 2024, en el que tenemos que bajarlo como sea, supone el 2,7 %, sin contar, a los Organismos Autónomos, a la Seguridad Social, a las Comunidades Autónomas, a las Diputaciones y Cabildos y a los Ayuntamientos.
Como pueden ver, este déficit viene producido porque los gastos han crecido un 8,9 %, y en nueve meses se han disparado en 20.454 millones. Pero hay que tener en cuenta que todavía quedan muchos miles de millones pendientes de contabilizar, tanto en gastos generales como en intereses y en subvenciones, que no se han contado porque la alarma sería muy superior.
Los ingresos correspondientes a la Administración Central crecen un 5,9 % gracias a la que Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales se han puesto al día y no deben casi nada de lo atrasado, pero no por ello van a poder paliar el impacto del gasto.
Tenemos partidas que están completamente desmadradas, como son los intereses, que han subido un 13,6 %, y que en octubre se van a ir a entre un 17 y un 18 %, porque en septiembre solo se contabilizaron una pequeña porción de estos.
La partida más importante, que es la de otros gastos corrientes y de capital, crece en 16.816 millones, un 11,1 % más que en 2023 y que merecerá un análisis más en profundidad para saber en qué nos estamos gastando tal cantidad de dinero.
La realidad es la que es y sabemos, además, que en el último trimestre se contabiliza un 20 % más de lo que se contabiliza de media en los tres primeros trimestres.
Así que abróchense los cinturones que nos la pegamos y aunque a ellos no les importa a los demás si y mucho, por la ruina en la que va a dejar a nuestro país.