Busco empleo, ¿cuánto se teletrabaja aquí?
El ajuste de la jornada laboral en la legislación laboral supone limar las aristas de un poliedro con múltiples caras
Esta es una de las preguntas más habituales que los entrevistados hacen a los entrevistadores en los procesos de selección de personal. Los asesores de los candidatos —si estos disponen de ellos— se afanan en persuadirles para que eviten este tipo de preguntas, pues suelen trasladar un mensaje de poca disposición al esfuerzo. La recomendación no suele tener mucho éxito.
El teletrabajo es una de las derivadas de la nueva revolución tecnológica; una derivada en la ruta de la digitalización. La pandemia demostró que el teletrabajo tenía unas posibilidades inexploradas y, no sin debate, se ha instalado permanentemente en muchas empresas y administraciones públicas.
La imposición por parte del Gobierno de España y los sindicatos de la reducción de la jornada hasta las 37,5 horas semanales, es otra deriva de la misma revolución tecnológica. También está en la ruta de la digitalización, pero, y esto es algo que se suele pasar por alto, en la irrupción de la inteligencia artificial (IA) generativa.
La inclinación natural del ser humano ha sido a evitar el dolor. Aunque tiene muy importantes compensaciones sicológicas, el trabajo supone un esfuerzo y este, dolor o incomodidad. Reducir la jornada de trabajo sin renunciar al poder adquisitivo es una reivindicación natural del ser humano.
Lo que se plantea es una cuestión más fina. La aplicación de la IA generativa en una cantidad muy extendida (pero sin cuantificar) de puestos de trabajo, libera horas de la jornada e incluso produce mejoras en la productividad. La magnitud de las horas de trabajo sobrantes y la cuantía de la mejora de la productividad son de difícil cuantificación. En cada empresa puede que lleve años aquilatar la dimensión de estos resultados, pero la intuición apabullante es la descrita.
Así las cosas, para todos aquellos empleos que permiten el uso de la IA generativa, la jornada laboral se puede reducir si hay disposición de las partes. La cuestión es cómo se reparten los réditos, ¿solo en forma de reducción del tiempo de trabajo?, ¿reduciendo el tiempo de trabajo e incluso aumentando el salario si la mejora de la productividad lo permite?
Las empresas tienen un problema para la cobertura de no pocas vacantes
Naturalmente, aterrizar el ajuste de la jornada laboral en la legislación laboral supone limar las aristas de un poliedro con múltiples caras. Las empresas (no solo las españolas) tienen un problema para la cobertura de no pocas vacantes. Este problema se agudiza con el envejecimiento de la población y con el fenómeno de la «gran renuncia» (las condiciones para aceptar un empleo por los candidatos son mayores tras la pandemia). Liberar horas de trabajo requerido puede reducir las necesidades de cobertura de vacantes.
En sentido contrario, la revolución tecnológica ha venido en auxilio del problema de esta cobertura. Empresas tecnológicas tipo startups permiten reducir el tiempo en la cobertura de vacantes y hacerlo de forma más satisfactoria. La herramienta Cultural Fit Assessment Method desarrollada por una joven empresa sevillana ha tenido un muy notable éxito.
Las revoluciones tecnológicas previas tampoco tuvieron efectos lineales sobre todas las actividades económicas
El ajuste de la jornada laboral a escala global se encuentra también con el problema de las asimetrías. Ni todos los empleos se benefician con la misma intensidad de la revolución tecnológica, ni siempre es posible el teletrabajo, ni existen desarrollos universales de la IA generativa. Tampoco son iguales las ganancias de productividad caso de haberlas. Pero esto es algo que siempre ha ocurrido. Las revoluciones tecnológicas previas tampoco tuvieron efectos lineales sobre todas las actividades económicas; antes al contrario, conllevaron la desaparición de unas y la irrupción de otras nuevas.
El tiempo que por ley se va a dedicar al trabajo exige un debate más fino que el habitualmente ofrecido por los amantes del maniqueo; los que gustan en caricaturizar a empleados y empleadores. Los unos y los otros están cambiando sus perfiles de manera muy rápida y acentuada. Los que quizá permanecen casi inmutables son los abordajes políticos de una cuestión tan importante.
- José Manuel Cansino es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, profesor de San Telmo Business School y académico de la Universidad Autónoma de Chile / @jmcansino