Cartas al director
Pesca submarina
Mientras la UE restringe los tiempos y los tonelajes de captura de peces, Rusia y China incrementan con descaro la pesca submarina de cables de comunicaciones, fundamentalmente noreuropeos. Aunque en strictu sensu es otra nueva modalidad de faenado, en argots más refinados lo definen como guerra híbrida.
Se trata de una contienda novedosa -guerra en la sombra, también la llaman- en la que una flota fantasma, cual cualquier arrastrero, arrasa con todo lo que encuentra a su paso, ya sea premeditadamente o no. Al parecer, como en este caso los daños ecológicos son inexistentes y sólo afectan a algo tan sobreabundante como las comunicaciones , las autoridades europeas -erre que erre- se limitan a esgrimir las inoperantes sanciones contra los «infractores», a los que por un oído les entra y por otro les sale.
La geopolítica está entrando en el reinado de la pesca en aguas profundas y, mientras tanto, la UE nadando plácidamente en aguas superficiales.