El peor cierre de año de nuestra historia

Analizando los últimos acontecimientos que nos han rodeado e involucrado a todos los españoles, no cabe otra valoración que identificar este año 2024 recién acabado, como el más triste y ruinoso de nuestra democracia. Voy a enumerar algunas de las circunstancias y actuaciones que refrendan esta reflexión, ya que enumerarlas todas sería imposible, nos desbordan.

Uno. — La trágica situación dejada por la dana del pasado 29 de octubre, donde el abandono por parte del gobierno a los damnificados, las ayudas prometidas que no llegan, la lucha dialéctica entre partidos, gobierno con todos sus ministros y colegas y la comunidad autónoma, no ayudan a que la realidad de la tragedia se minimice.

Dos. — Los casos de corrupción que inundan el círculo cercano de Pedro I El Mentiroso, no cesan. Al contrario, a medida que pasan los días y semanas, se amplía e involucran cada vez más a sus colaboradores y palmeros sin olvidar a sus familiares.

Tres. — La realidad de los controles que quiere imponer a la Justicia, institución que debe velar con independencia y lealtad los principios de la Constitución y de todos los españoles, no tiene límites ni vergüenza alguna, al imponer a magistrados y jueces que avalen la descomposición de nuestro país y las exigencias de sus socios, que lo único que buscan es derrotar nuestra Constitución y nuestra Jefatura del Estado.

Cuatro. — Han pasado ya más de 3 años, 19 de septiembre 2021, y los damnificados del Volcán de La Palma siguen esperando las ayudas prometidas y hay todavía un porcentaje importante de vecinos sin haberse atendido sus necesidades e infinidad de promesas incumplidas. Eso sí, visitas, fotos, palabras engoladas y presunción de ser el que no les va a dejar tirados, a todas horas. Mentiras tras mentiras.

Cinco. — Y hablando de Canarias, el tema gravísimo de la inmigración irregular totalmente abandonada, tanto política, como socialmente, sobre todo a las organizaciones e instituciones que tienen que atenderlos al bajar de los cayucos.

Podría seguir, pero no terminaría nunca. Reconduzca la situación, respete nuestro país y la Constitución que nos dimos, váyase y convoque elecciones ya.