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En primera líneaPedro Fuentes

La ausencia del líder

Se suele decir que la tibieza abunda en los hombres que tienen el corazón dormido. ¿Se le durmió el corazón?

Actualizada 01:30

Decía Marco Tulio Cicerón que «equivocarse es humano, pero sólo los estupidos perseveran en el error».

Un candidato a la presidencia de este país, que se está deshaciendo, puede pretender ser el electo por su discurso, pero si sus acciones no acompañan las necesidades que la soberanía de España requiere, nunca podrá ser el presidente adecuado. Sería volver a tropezar en la misma piedra.

Vuelve a repetirse la ausencia del líder del PP. Este asunto no es una invención, ni una sugerencia, ni una crítica. Es un hecho.

En esta moción de censura se le ha recriminado al Gobierno la ruptura de principios fundamentales de nuestra Constitución y usted, ante esta denuncia, se ausentó.

Se ha denunciado la corrupción de última hora, y usted no estaba presente.

Se ha retratado la patraña sindicalista de nuestro tiempo, «donde todo se negocia desde el propio Gobierno» y la aversión hacia los empresarios de nuestro país, el suicidio demográfico, y usted no estaba en su sillón para escucharlo.

La moción de censura es un instrumento legal por el que se pueden exigir responsabilidades al gobierno respectivo. Por lo tanto usted dejó de acudir a un acto parlamentario legal, aunque, quizás para usted, irrelevante.

La primera cuestión es la objetividad, porque da más que la impresión, que este Gobierno social comunista es digno de ser cuestionado y reclamado.

La segunda cuestión es la legalidad del mismo procedimiento, la cual le dota de un total sentido ético y moral. Por lo tanto, se están pidiendo explicaciones sobre lo que es correcto o equivocado en la acción de gobierno.

Cierto es que esta moción de censura llega tarde y amparada en un representante muy particular, del que, sinceramente, esperábamos más ante las lamentaciones quejumbrosas de sus opositores paternalistas.

El líder de la oposición debería haber considerado con más detenimiento esta reiterada ausencia (ya estuvo ausente en Cataluña en una reclamación legítima de unos ciudadanos desesperados ante el avasallamiento partidista que se le está haciendo a la lengua del país).

Además, esta ausencia recuerda aquellos días del Gobierno Rajoy, donde las obligaciones derivadas del cargo dieron paso a el maniqueísmo de «yo no sabía», «no pensé que iba a ser tan malo», o cualquier excusa de parvulario. Después de esa ausencia ya sabemos los desagravios y aludes que se le vinieron encima a este país.

Señor candidato, futuro presidente de nuestro gobierno, ¿dónde estuvo usted los días de la moción de censura? Hay algunos que dicen «que estuvo haciéndose el sueco».

Yo no quisiera aplicarle la psicología sobre la ausencia, pero es justo hacer notar alguna cuestión al respecto, aunque sólo sea por la contundente razón del carácter de representación que conlleva su cargo.

Usted no representa a una comunidad de vecinos, ni a un grupo de colegios determinados, ni a un minoritario colectivo. No, señor candidato. Usted representa a casi la mitad de los españoles, porque, aunque le duela oírlo, usted necesitará a Vox para gobernar. ¿Qué le parece a usted que cuando llegue ese día Vox se ausente?

Ilustración: PP La ausencia de Feijoo

Paula Andrade

Usted no es ni un ciudadano cualquiera, ni un político corriente. Debe usted cumplir con sus deberes cívicos y no ampararse en la ilusión óptica del «voto útil» y las mamandurrias que se les ocurren a estos profesionales de la política de diseño de generación posmoderna.

Pero desde esa cuestión psicológica que no hubiera deseado mencionar, le diré que su ausencia «es una falta de conciencia para todo aquello que no esté relacionado sobre lo que se está atendiendo».

Qué difícil pregunta nos deja usted sobre la mesa: si la moción de censura, definida anteriormente, no es de su incumbencia... ¿ A qué está usted atendiendo?

¿Usted sabe aquello del silogismo aristotélico? ¿Sabe que alinearse al PSOE actual es compartir el pensamiento de Sánchez? ¿Su ausencia de la moción de censura es un acercamiento al PSOE? No me refiero a la abstención de su partido. Me refiero al comportamiento de su persona, la cual es la cabeza visible del PP.

Muchas de estas cuestiones se las preguntan todos esos ciudadanos del centro político de este país, los cuales empiezan a no comprender, antes poco, y ahora, nada.

Su ausencia no puede ser la excusa de una contaduría de votos, de unas cuentas que no salen para sacar a éste gobierno de la Moncloa. Eso sería de una profunda inmadurez política. De usted no esperamos esto. Confiamos en su valor ante las circunstancias adversas, no en un indolente político que no va a la contienda por si se le mancha su reputación de conservador moderado.

Otra ocasión pérdida.

La tibieza y falta de coraje se está adueñando del ejercicio político de su persona. Cuánto deseamos que no le pase factura... ¡por el bien de todos!

Se suele decir que la tibieza abunda en los hombres que tienen el corazón dormido. ¿Se le durmió el corazón?

Mal momento hemos elegido para tan lúgubre vacilación.

Como decía Voltaire: «La vacilación es el más vehemente indicio de la debilidad de carácter». Y en ello parafraseaba a Plutarco: «Un ejército de ciervos dirigidos por un león es mucho más temible que un ejército de leones dirigidos por un ciervo».

Señor del PP: la tormenta está por llegar.
Sus adversarios son leones.
La cuestión no es lo que no hace, sino lo que deja de hacer.
¿El líder es un ciervo o un león?

  • Pedro Fuentes es humanista y ensayista
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