No le pinta bonito al fiscal general del Estado. El Tribunal Supremo ha dado por probada la guerra sucia que se llevó a cabo desde la Fiscalía y el envío del correo del novio de Isabel Díaz Ayuso desde su despacho a la Presidencia del Gobierno. Unos hechos muy graves que en cualquier democracia digna de ese nombre llevarían a la dimisión del imputado, pero que en España no provocan la caída del investigado. Algo va muy mal en nuestro país.
Nadie ha negado nunca lo listo que es el exministro y ex secretario de organización del PSOE. Por algo era tan próximo a Pedro Sánchez. Ahora comprendemos el porqué de su tranquilidad en el difícil momento procesal que está viviendo. Evidentemente, antes de que el PSOE presentase el pasado viernes su reforma judicial, Ábalos ya debía estar al tanto de lo que se iba a proponer porque en sus alegaciones ante la petición del Supremo para investigarlo, él ha alegado que se trata de «un procedimiento judicial de motivación política». Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
El cantante, compositor y productor madrileño compareció el lunes ante el juzgado de Instrucción n.º 19 de la Plaza de Castilla de Madrid para responder a las acusaciones de la jueza que le investiga por las supuestas condiciones laborales de 18 becarios de los que 17 no le han denunciado. A la salida, Nacho Cano habló con toda claridad de la persecución por parte del Gobierno que padece por su respaldo político a Isabel Díaz Ayuso. Cano no se amedrenta ante lo mucho que tiene en juego.
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