Ja sóc aquí
«Nosotros estamos de paso, lo importante es la institución, la Monarquía encarna la nación. Nuestra obligación es conservarla, defenderla, al hacerlo fortalecemos España»
–Hola hijo, como dijo Tarradellas «ja sóc aquí» ¡venga un abrazo después de casi dos años!
–Hola papá, claro que sí y bienvenido a casa. ¿Qué tal estás?
–Pues bien, molido de tanto ajetreo y emociones, pero feliz de volver a España y sentir el cariño de tanta gente.
–Me alegro mucho, es muy importante sentir el afecto y el respeto, yo también tengo que ganármelo cada día y no creas que es tarea fácil.
–No me lo digas a mí, recuerdo bien aquellos primeros años a la sombra de Franco y los primeros compases de mi reinado, Juanito el breve me llamaban ¿te acuerdas? Nadie daba un duro por mí y pocos confiaban en mi voluntad de traer la democracia, pero ya ves ¡Lo logramos!
–Lo logramos sí, pero ya sabes que nosotros tenemos que ganarnos el puesto cada día, me lo has dicho tú muchas veces, y tampoco son los de ahora tiempos fáciles para la Corona.
–Cierto, hijo, cada uno tenemos que pechar con las dificultades de nuestro tiempo.
–Así es papá y de eso quería hablarte. No creas que para mí es sencillo poner distancia contigo, pero recuerda que nos habéis repetido cientos de veces que no podemos hacer lo que nos apetezca. En los últimos tiempos he recordado muchas veces lo que dijo Alfonso XIII al abandonar España el 14 de abril de 1931: «No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulados por la historia de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa».
–Y tienes toda la razón, nosotros estamos de paso, lo importante es la institución, la Monarquía encarna la nación. Nuestra obligación es conservarla, defenderla, al hacerlo fortalecemos España.
–Así es. Y por eso pienso en Leonor, quiero que ella continúe nuestra labor y para ello debo hacerlo lo mejor posible, no puede volver a interrumpirse la sucesión, si ocurriera quizá no haya nuevas oportunidades. Ya hemos tenido suficiente con tu abuelo y con el mío. Debemos sacrificarnos siempre por la Corona y por España.
–No hace falta que me lo digas, lo llevo haciendo toda mi vida.
–Pues por eso, papá, tú precisamente debes entender mi actitud. ¿Crees acaso que me agrada permanecer en silencio cuando se me impide ir a Barcelona a clausurar el acto de entrega de despachos de los nuevos jueces? ¿O que este año la alcaldesa de Gerona nos impida de nuevo entregar allí los premios princesa de Gerona? ¿Crees que hago público mi patrimonio porque disfruto con ello? Mi comportamiento debe ser ejemplar. La España de hoy no es la de los años ochenta o noventa, comportamientos que antes se disculpaban ahora no se toleran. Con esto quiero decirte que tenemos que aguantar y ser ejemplares, porque de nuestro modo de actuar cada día dependerá que podamos continuar sirviendo a España.
–Bueno, bueno, eso tampoco hace falta que me lo recuerdes, soy plenamente consciente de los errores que he podido cometer, no soy infalible. ¿Por qué crees que me fui de aquí? Pues por prestar un último servicio a España. Lo hice a pesar de que, por ejemplo, otros que han saqueado las arcas públicas y han sido condenados por ello, se pasean con toda normalidad por la calle sin que nadie se lo eche en cara. Yo no he cometido ningún delito, regularicé con Hacienda mis asuntos fiscales y aun así se me indicó la puerta de salida. Creo que mi legado es importante, una Transición pacífica, salvaguardar la democracia el 23 de febrero, la integración en Europa, libertad, prosperidad, concordia. El problema es que antes había lealtad en los poderes del Estado y ahora nos quieren quitar de en medio. Bueno, a nosotros también, pero sobre todo a la Corona, es la Monarquía la pieza a batir.
–Por eso precisamente. Soy plenamente consciente de la situación, como también lo soy de que para los españoles la Monarquía no es un problema sino todo lo contrario, solo hay que ver los sondeos de opinión. Pero insisto, nuestros sentimientos poco importan, solo debemos pensar en España. Recuerdo lo que dijo el abuelo aquel lejano 14 de mayo de 1977 cuando renunció a los derechos históricos de la Monarquía española para que le sucedieras en ellos: «Majestad, por España, todo por España, Viva España, Viva el Rey». Para nosotros España y los españoles son nuestro único afán.
–Cierto, Felipe, estamos de acuerdo en eso, en lo fundamental, España es lo primero. Sabes que te seguiré ayudando en lo que pueda y descuida, tomo nota de lo que me dices, verás cómo en mi próxima visita las cosas son distintas, pero sabes también que la repercusión de mis movimientos no dependen solo de mí. Cuenta conmigo.
–Agradezco mucho tus palabras y sabes que, aunque de puertas afuera deba actuar como lo hago, mi afecto y reconocimiento es el de siempre. Buen viaje y llama cuando llegues. Hasta la próxima.
- Carlos de Urquijo es director de proyectos de la Fundación Villacisneros