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tribunaVíctor Píriz Maya

El beneficio de Sánchez

Es el PSOE el que, en su afán recaudatorio, se precipitó y ahora trata de justificar su gran error de bulto atacando a quienes no hemos cambiado una coma de nuestra postura

Actualizada 10:25

«El gobierno de la gente» no pasa de ser un eslogan. Todo en este Gobierno sanchista es un eslogan, sólo hay que hacer un repaso de la crisis de la covid y de cómo Moncloa intentó desde el primer momento gestionarla a través de eslóganes sin contenido.

Tengo que reconocer que mi preferido fue el de que no iban a dejar a nadie atrás. Mientras en España cerraban más de 10.300 empresas y autónomos y otras cientos de miles sobrevivían pese a la falta de ayudas y a la falta de sensibilidad, cuando no de humanidad, el Gobierno repetía este mantra cada semana en las sesiones de control sin pudor alguno.

En el marco mental de «el gobierno de la gente» Sánchez quiere que el español medio olvide sus ensoñaciones cesaristas, culminadas con una serie de TV, y piense que este Gobierno defiende a los españoles frente a los malvados medios de comunicación, y las dañinas empresas, esas que generan cientos de miles de empleos en nuestro país. Desde esa posición victimista se debe entender su frase en la entrevista/masaje en TVE en la que dijo que «hay compañías que se benefician más que otras» y les instó a «arrimar el hombro».

La clave es la palabra beneficio, porque es una de las principales diferencias entre el gravamen que propone Bruselas y lo que propone Sánchez en España.

El PSOE y Podemos registraron una proposición de ley para establecer dos gravámenes temporales a las eléctricas y a las entidades financieras de este país. El artículo 1.5 de la proposición habla claramente de que será el 1,2 por ciento de la cifra de negocios en el caso de las eléctricas y el 4,8 del margen financiero más comisiones, esto es el equivalente a la cifra de negocios en las entidades financieras.

¿Por qué habla Sánchez de beneficio cuando lo que está gravando son los ingresos? ¿Por insolvencia intelectual o por mala fe? Porque son dos magnitudes totalmente diferentes y que muchas veces no tienen relación, depende de la estructura de costes variables y fijos de la empresa. Europa propone gravar esos beneficios extraordinarios derivados de la subida de los precios de la energía. Un impuesto armonizado a nivel europeo, temporal y adaptado a esos incrementos, quien los tenga, de beneficios.

Hay que explicar bien esta diferencia porque «el gobierno de la gente» toma a los ciudadanos por tontos y trata de poner en el mismo plano lo que no es equivalente.

Como no lo es la fórmula jurídica elegida. En Europa hablan de tasas e impuestos. En España la proposición de ley habla de prestación patrimonial de carácter público no tributario. ¿Pero qué es esto? El concepto que es relativamente reciente y está siendo acotado por la jurisprudencia y por las consultas vinculantes nada tiene que ver con el gravamen que propone el Gobierno. Nada. Se trata de una prestación que se utiliza para las concesiones de obras o servicios prestados por terceros como, por ejemplo, el suministro de agua en los Ayuntamientos. ¿Qué tiene que ver esta figura con el gravamen del Gobierno? Nada. No existe la contraprestación que subsume de la definición. No existe el servicio.

El Gobierno se remite a esta figura, en mi opinión, para no utilizar la del impuesto y estar expuesto a una catarata de reclamaciones por considerar que se trata de una doble imposición, teniendo en cuenta que ya existe el impuesto de sociedades que grava los beneficios de las empresas. Pero que le cambien el nombre no les exime de la misma catarata de reclamaciones porque la opción elegida se aleja del fin para que se diseñó y que la define.

Tanto por la naturaleza de la figura utilizada, como por la base imponible del impuesto, el gobierno se vuelve a alejar del consenso europeo. No es el Partido Popular el que cambia de opinión, nosotros seguimos en el mismo sitio y el presidente Feijóo lo ha explicado claramente. Es el PSOE el que, en su afán recaudatorio, se precipitó y ahora trata de justificar su gran error de bulto atacando a quienes no hemos cambiado una coma de nuestra postura.

El beneficio de Sánchez no es el beneficio de los españoles. Había muchos ejemplos de ello, este es otro más.

  • Víctor Píriz Maya es portavoz de Presupuestos del Grupo Popular en el Congreso
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