La guerra política entre los carismáticos y los gestores
En mi humilde opinión, Dolors es una músico de música clásica, y Alejandro un rockero. Una funciona aplicando toda la teoría musical con un guion estructurado, y el otro improvisa y es trasgresor. Y a la gente le gusta la creatividad discursiva de Alejandro
Alejandro Fernández, actual líder del PP catalán, y Dolors Montserrat, actual vicepresidente del Partido Popular Europeo, según cábalas e informaciones periodísticas, se perfilan como los posibles candidatos a las elecciones catalanas del 12 de mayo, y dado el revuelo mediático y político que se ha producido alrededor de ellos, quisiera dar mi humilde parecer al respecto de ambos.
Lo primero que tengo que decir es que siento una gran admiración por los dos, básicamente porque tienen una vocación anticomunista, antiseparatista, y anti-este-PSOE que ha vuelto a la lucha de clases y el Marxismo-Leninismo, al que habían renunciado bajo la dirección de Felipe González, y que con sus aciertos y desaciertos, era el PSOE un partido de Estado. Además de los anti que dije, se me quedó el más importante, los dos son antiglobalistas, y ya sé lo que me van a decir algunos, «que todo el PP son unos globalistas y están con la agenda 2030». En realidad no, como en todas las familias grandes hay gente de todo tipo, hay algunos de los que yo llamo flojitos, y que don Federico Jiménez Losantos denomina como: «Sorayos y Chanquetes», y otros que entienden que hay que dar la batalla, o nos arrasan. Ellos dos son frontales, y cuando tienen que darle duro a un enemigo de la libertad, ambos con distintos estilos, dejan devastación entre la variada fauna enemiga de España y Europa.
Seguramente si les digo el nombre de «Quincy Jones», a mucha gente no le suene de nada, sin embargo si les hablo del disco más vendido de la historia, Thriller, de Michael Jackson, estoy seguro que todo el mundo conoce al Rey del pop. Jones fue el arquitecto de ese disco, y es ahí donde vienen las diferencias entre Dolors y Alejandro. La política es la gestión de la vida de la gente, pero no es posible la política sin líderes carismáticos. Quizás en otras culturas europeas interese más el perfil de gestor que el del político polémico que enoja a sus contrarios con sus dicharachos y salidas salerosas. Llegados a este punto podríamos decir que Dolors es una «Quincy Jones», y Alejandro un Michael Jackson con sus excentricidades y estrellatos. Mucha gente no sabe que «Quincy Jones», a sus 91 años, ha sido productor entre muchos de Ella Fitzgerald, Frank Sinatra, Ray Charles, Aretha Franklin, Marvin Gaye, Stevie Wonder, Michael Jackson, Donna Summer, George Benson, Celine Dion, U2, Tupac Shakur. Si se fijan esos artistas son de distintas décadas y estilos musicales, y hoy en pleno 2024 Jones sigue descubriendo talentos, y esa es para mí Dolors: una auténtica productora política. Es por eso que es vicepresidente del partido más grande de Europa, y portavoz de él porque en mi opinión es del sur pero no demasiado. Manfred Weber, que es un político de los pies a la cabeza con su flema germánica, debe estar complacido de tener una colega tan eficiente, con esa característica personalidad de catalán de ocho apellidos catalanes que un Fernández Álvarez no tiene. Aunque los dos son catalanes como yo, venimos de distintos palos y orígenes. Esa es la diversidad que necesita los distintos estratos de la política.
Yo entiendo la disyuntiva y presión que tiene que tener Feijóo, él es un Quincy, pero hasta él se ha tenido que poner el traje de «pop star», porque ya los enemigos de España le temían por gestor, y ahora resulta que también le temen por ser ejecutor de eso que los chavales llaman «zascas». En el Congreso, encabezan la batalla Tellado, un Quincy, y Cayetana Álvarez de Toledo, una Celine Dion, entre otros. Llegados a este punto, muchos se preguntarán: ¿por cuál de los dos apuesto para las catalanas? Pues como músico apuesto por Quincy, pero los músicos somos pocos. Sin embargo, los seguidores de los artistas que antes nombré se cuentan por millones, y en esta batalla los perfiles como el de Dolors producen daños en las entrañas del sistema, porque saben como gestores qué teclas tocar en el cuarto de máquinas, pero la mayoría de los mortales no se enteran, y ni si quiera les interesa cómo funciona el barco, pero les da satisfacción ver a un «Jackson político», repartiendo zascas en el Parlamento, y prueba de ello es que YouTube está plagado de canales de este tipo. En mi humilde opinión, Dolors es una músico de música clásica, y Alejandro un rockero. Una funciona aplicando toda la teoría musical con un guion estructurado, y el otro improvisa y es trasgresor. Y a la gente le gusta la creatividad discursiva de Alejandro.
Espero que ninguno de los dos se me enoje, pero en esta batalla que tenemos por delante son importantes los diseñadores de armas porque sin ellos nada funciona, pero quien se lleva la gloria de los enemigos abatidos son los francotiradores. Si yo fuera Feijóo dejaría a Dolors produciendo dolores en la maquinaria de Bruselas, a la que los comunistas y resto de fauna tanto temen. Escuché a amigos y conocidos que son funcionarios del Parlamento Europeo decir que Dolors tiene fama de ser el terror de los enemigos de la libertad. Yo la vi con mis propios ojos y, créanme, es letalmente buena. Sería un auténtico desperdicio sacarla de allí.
Al Michael Jackson catalán quizás haya que ponerle detrás un buen equipo de productores para que él se dedique a cantar con su banda, y el resto a hacer que los entresijos del espectáculo, lo que no se ve y que produce rechazo interno contra él, porque según algunos no es buen gestor, sea agenciado por un personal de administradores, para así crear eficazmente una maquinaria de carismáticos y gestores.
- Sayde Chaling-Chong García es periodista hispano-cubano