Los mártires de la Guerra Civil: 127 nuevos beatos para la Iglesia española
Con estos nuevos decretos ya son 2.046 los mártires españoles reconocidos por la Iglesia católica que pagaron con su vida, antes y durante la Guerra Civil, su fe y fidelidad a Cristo Jesús
Son 127 cordobeses, mártires, que en la Guerra Civil española entregaron su vida por fidelidad a Dios. 2.046 los españoles que conforman el Martirologio romano. Es por ello que en la celebración de los nuevos beatos de la Iglesia, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidió en la mañana del domingo la Misa de beatificación en la catedral de Córdoba.
Una celebración que ha reunido a más de tres mil personas en las naves del templo principal de la diócesis junto a casi doscientos sacerdotes y una veintena de arzobispos y obispos españoles, tal y como informa el episcopado andaluz.
De los nuevos beatos, un buen número de ellos eran sacerdotes, como Juan Elías Medina, pero también religiosos y laicos, cuyas ejecuciones se enmarcaron en el clima de persecución que antes y durante la Guerra Civil, establecieron las milicias republicanas contra todos los que se declaraban miembros de la Iglesia católica. El propio Juan Elías, párroco y mártir en Castro del Río, llevó consuelo y asistencia espiritual a sus compañeros durante sus días de prisión, poco antes de su ejecución. Hasta el momento de su muerte, expresaron su fe bajo el himno «Viva Cristo Rey», perdonando a los que les arrebataron la vida.
«Semillas del Evangelio»
En su alocución, Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, ha dado las «gracias al sucesor de Pedro, su Santidad el Papa Francisco, por la beatificación de los siervos de Dios».
Del mismo modo, Fernández habló del «amor de Cristo, que ha revolucionado profundamente la historia, transformando el suplicio de la cruz en cauce de redención. La tortura de los mártires ha producido entre nosotros un amor más grande y hoy constatamos una vez más que la vida cristiana es cauce de humanización, reconciliación y de paz para los pueblos», aseveraba.
A su vez, el obispo de Córdoba ha agradecido de forma especial el inscrito de los mártires cordobeses en el elenco de Beatos de la Iglesia. «La Causa que un día inició el actual arzobispo emérito de Sevilla ha llegado a feliz término, esperemos ahora un milagro y que nos veamos en Roma muy pronto», ha expresado Demetrio Fernández, que durante su turno de palabra, ha compartido su deseo de que estos beatos se conviertan en «semilla del Evangelio».
Odiados por el mundo, elegidos por Dios
Por su parte, el cardenal Semeraro, durante su homilía, recordó que «nos encontramos ante una sección de la historia cuya memoria puede convertirse en un lugar de evangelización en contextos secularizados». «En el odio del mundo –proseguía el cardenal– hay celos y envidia de quien ha perdido su presa; de quien ha visto como se la robaban. Este es entonces el doble compromiso que la palabra del Señor quiere suscitar en nuestra voluntad: la toma de distancia del `mundo', que aquí indica todos los que prefieren las tinieblas a la luz, el error a la verdad, el odio al amor; y después, también, la atención a no dejarse seducir por la nostalgia del pecado», ha expresado Semeraro para terminar recordando que el escenario abierto con el anuncio del odio del mundo es, además, «exactamente el contrario de la otra palabra confortante y llena de promesas».
En la homilía, ha destacado también que no todas las dificultades y contrariedades son «del mundo, sino solo la violencia que se abate sobre nosotros porque somos del Señor».
En este día en el que la Iglesia ha declarado beatos a estos mártires, el cardenal ha explicado que es una ocasión para contemplar que «es un grupo que nos pone delante una variedad de perfiles humanos, una riqueza y profundidad de espiritualidad, a veces también con profundas raíces en las ciencias teológicas, expresadas en la multiplicidad de las experiencias cotidianas, antes de alcanzar la cima del martirio que sella con su sangre toda la existencia».