Cumbre Vieja
El «regalo de Navidad para La Palma»: toda la colecta de la diócesis de Tenerife
A petición expresa de su obispo, Bernardo Álvarez, la colecta de los días 24, 25 y 26 de diciembre irán destinadas a sufragar las necesidades de los palmeros afectados. Cáritas diocesana se ocupará de la adecuada y equitativa repartición
Tras la erupción volcánica del Cumbre Vieja, miles de palmeros han visto sus vidas esfumarse en un mar de lodo y cenizas. Casas, cultivos, centro educativos... Es por ello que el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha decretado que las colectas que se realicen en las iglesias y capillas de toda la diócesis los días 24, 25 y 26 de diciembre vayan destinadas a los afectados por el volcán en la isla de La Palma. Será la Cáritas diocesana local la que se encargará de la distribución según las necesidades concretas de cada persona y familia.
«Todos conocemos la catástrofe generada en la Isla de la Palma, a partir del 19 de septiembre del presente año, a consecuencia de la erupción del volcán en Cumbre Vieja. Los efectos han sido devastadores», escribe el obispo de Tenerife en la carta pastoral Regalo de Navidad para las gentes de La Palma, que no ha querido dejar de agradecer y reconocer la labor de los Cuerpos de Fuerza y Seguridad del Estado, así como la generosidad de los donantes y para quienes directamente, con su prestación personal, están «a pie de obra» sirviendo a todas las personas afectadas por el volcán.
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El propio Álvarez, cuando le preguntamos por el trabajo de la Iglesia tras la erupción del Cumbre Vieja, nos contaba cómo la generosidad de los españoles se estaba haciendo notar en La Palma. «Miles de personas, de forma anónima, están arrimando el hombro. Esto pone de manifiesto esa generosidad que consuela, que, sencillamente, ante la necesidad del prójimo, los otros muestran su desprendimiento. Queda de manifiesto cómo Dios coloca en el corazón de todos ellos esa voluntad y ese ánimo de servir a los demás», señalaba el obispo de Tenerife para recordar acto seguido la enorme tarea de «reconstrucción» que va a tocar por acometer ahora que parece que las erupciones han remitido y que es posible que, poco a poco, se pueda ir ganando terreno a los ríos de basalto que van a quedar tras de sí donde antes había columpios, huertas y canchas de fútbol.
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El sacerdote del municipio de El Paso, Domingo Guerra, ha abierto las puertas de la institución las 24 horas desde el inicio de la emergencia. El espacio ha servido de punto de encuentro para quienes por fe o necesidad necesitan un techo. Así lo contaba nuestra compañera Andrea Domínguez en su reportaje sobre el ingente trabajo que centeneras de voluntarios, sacerdotes y Cáritas están haciendo para atender la emergencia.
Después de pasar por el municipio de Güímar, en Tenerife, Domingo Guerra es desde hace 18 años el párroco de El Paso. Allí se topó con la ermita de Tajuya, que fue construida años después. «Se comenzó a construir en 1972, la gente con esfuerzo, risas y viajes fue pagándola poco a poco hasta que pudo terminarse», explicaba a Andrea este sacerdote. Hasta entonces, la edificación religiosa y la plaza que estaba a su lado pasaban desapercibidas. No eran más que una iglesia y un mirador en un barrio canario. Ahora, este templo y su plaza reúnen a cientos de personas a diario, ataviadas con cámaras de fotos, gafas y mascarillas de protección, y de las más pintorescas poses para sellar el recuerdo del paso del volcán. A sus vecinos, Guerra manda un mensaje de esperanza: «Si nos mantenemos firmes, el futuro lo podemos reconstruir».
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