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La terapia fetal requiere, en primer lugar, afinar en la detección de enfermedades congénitas

La terapia fetal requiere, en primer lugar, afinar en la detección de enfermedades congénitasPexels

V Congreso Nacional de Bioética

El doctor Martínez Sellés pide ver al embrión como un paciente más: «Se evitarían muchos abortos»

El presidente del Colegio de Médicos de Madrid reclama dar protagonismo a los diagnósticos y posibles tratamientos de las enfermedades del feto

Los médicos que practican terapia fetal parten de una premisa clara: entienden que, si la vida comienza en el momento de la concepción, el embrión debe ser tratado como un paciente más. «Con las técnicas actuales tenemos opciones muy eficaces para tratar defectos congénitos del bebé durante el embarazo», destacaba el presidente del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez Sellés, en la ponencia inaugural del V Congreso Nacional de Bioética.

Organizado por la Universidad CEU San Pablo, el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala y la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), el evento se celebra de forma virtual hasta el miércoles. Bajo el título Bioética al servicio de la vida y de la salud, se tocan temas como los cuidados paliativos, la ética en la industria farmacéutica o –como en este caso– la terapia fetal. «La clave –remarcaba Martínez Sellés– es considerar que el feto no es un apéndice».

Para el también jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, la terapia fetal requiere, en primer lugar, afinar en la detección de enfermedades congénitas. «En España, muchos abortos se podrían haber evitado si no hubiera fallado el diagnóstico», destacó. Entre los tratamientos que hoy ya son posibles, citó técnicas como la transfusión intrauterina, la valvuloplastia con balón cardíaco o el trasplante de células madre prenatales.

Martínez Sellés trajo a colación la importancia especial del consentimiento informado en estos casos, y detalló que es fundamental seguir unos criterios claros y éticos al tratar con fetos. «La terapia fetal –añadió– es la única disciplina en la que existe la posibilidad de una mortalidad del 200 %, el niño y la madre», y por eso insistió en encontrar el «equilibrio» entre riesgos y beneficios.

Un embrión humano, independientemente de cómo se haya obtenido, merece todo el respetoManuel Martínez Sellés

Contra la ética de la utilidad

Durante su intervención –presentada por el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU, Tomás Chivato–, el doctor Martínez Sellés abordó otros aspectos delicados relacionados con la vida del embrión. Explicó el destino que sufren los embriones descartados en los procesos de fecundación in vitro, y criticó el uso de eufemismos como «interrupción voluntaria del embarazo».

El cardiólogo distinguió también entre usos lícitos e ilícitos de las células madre. «Suponen un problema ético cuando se usan embriones como materia prima para obtenerlas», resumió, y puso especial énfasis al analizar la clonación de individuos para obtener `niños medicamento´, embriones creados con el único objetivo de aprovechar sus células madre. «Es una práctica destructiva por definición, aberrante», insistió.

Poniendo ejemplos de prácticas actuales como la edición genética en embriones sanos e incluso algunos estudios recientes que defienden el infanticidio –un paper de la Universidad de Melbourne lo tilda de «aborto post-parto»–, Martínez Sellés destacó que nuestra sociedad se encamina «hacia una ética de poder y utilidad, que no reconoce la dignidad humana intrínseca de las personas más pequeñas y débiles».

Frente a esto, el catedrático pidió pasar a la acción. Además de visibilizar la terapia fetal, instó a fomentar las políticas públicas de apoyo a la natalidad, a celebrar cada embarazo y a educar a las nuevas generaciones en una cultura de la vida. «De nuevo –concluía Martínez Sellés–, un embrión humano, independientemente de cómo se haya obtenido, merece todo el respeto».

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