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Angelo Becciu está siendo juzgado por el Tribunal de Justicia del Vaticano

Angelo Becciu está siendo juzgado por el Tribunal de Justicia del VaticanoAFP PHOTO / Vatican Media

El caso Becciu

El Papa exime del secreto pontificio al cardenal Becciu para aclarar el rol de otra acusada en su juicio

El purpurado, que es juzgado por la compraventa irregular de un edificio de lujo en Londres, queda exento de la obligación de guardar silencio sobre aspectos del Gobierno de la Iglesia y la Santa Sede

El presidente del Tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, ha anunciado este miércoles que el Papa Francisco ha eximido del secreto pontificio al cardenal Angelo Becciu, imputado por supuestas irregularidades financieras, para que pueda aclarar el rol de otra de las acusadas, Cecilia Marogna, que ofrecía labores de asesoría diplomática a la Santa Sede. Pignatone lo ha confirmado durante la audiencia de este proceso en el que están imputadas otras diez personas, por la gestión de los fondos de la Secretaría de Estado vaticana.

El pasado 17 de marzo, Becciu, a quien el Santo Padre había despojado de sus derechos cardenalicios al principio del escándalo, rechazó declarar sobre la contratación de Marogna escudándose en el «secreto pontificio», la obligación de guardar silencio sobre temas relativos al Gobierno de la Iglesia en los que interviene el Vaticano.

Tras ello, Pignatone escribió a la Secretaría y obtuvo la respuesta de su máximo exponente, el secretario Pietro Parolin, quien tras consultar al Pontífice, explicó, eximió oficialmente a Becciu de mantener ese secreto papal.

Será el próximo 7 abril cuando el cardenal volverá a testificar en el proceso y podrá aclarar el papel de Marogna –también conocida como la `dama del cardenal´–, que es acusada de gastar en lujo grandes sumas de dinero vaticano a cambio de labores de inteligencia y diplomáticas.

Sobre el caso Becciu

El juicio trata de esclarecer algunas irregularidades en la gestión de los fondos de la Secretaría de Estado, de la que Becciu era el número dos.

​Concretamente, se centra en una operación de compraventa de un edificio en el centro de Londres, que el Vaticano considera una estafa: empezó costando a sus arcas una cantidad aproximada de 175 millones de euros y acabó granjeando pérdidas por 227 millones.

​Al inicio de la investigación, el papa Francisco retiró todos los derechos de cardenal a Becciu y le apartó de su cargo como prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos. En la investigación hay otros diez imputados: la asesora Cecilia Marogna, el bróker Gianluigi Torzi, el financiero de referencia de la secretaría de Estado, Enrico Crasso; el expresidente y el exdirector de la Autoridad de Información Financiera (AIF), René Brülhart y Tommaso Di Ruzza; Mauro Carlino, exsecretario de Becciu; el banquero Raffaele Mincione, el abogado Nicola Squillace y el funcionario de la Santa Sede Fabrizio Tirabassi.

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