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Patxi Bronchalo

Matar no es un derecho

Sobre sanitarios matarifes y testimonios lacrimógenos que acaban con vidas humanas en un basurero. Y todo en aras a los derechos, los anhelados derechos

Actualizada 09:46

La eutanasia no es un derecho. Al igual que el aborto, tampoco lo es. Nos los intentan vender como tal, pero no, no son derechos.

En nuestro mundo, donde parece que todo es exigir libertades individuales, no podemos olvidar que no vivimos aquí nosotros por nuestra cuenta, sino que formamos parte de una sociedad, de una comunidad, y por ello los derechos de unos siempre van unidos a los deberes de otros. Si existen derechos para las personas, quiere decir que existen deberes por parte de otras para poder ayudar y garantizar que se cumplan los primeros. De lo contrario, ¿qué cabe esperar en materia de educación o sanidad? ¿No tienen los niños y jóvenes derecho a recibir su formación y que los padres y educadores puedan garantizarlos? ¿No se supone que las personas tienen derecho a recibir su atención sanitaria y que otras tienen el deber de atenderlas?

Si equiparamos en este orden y bajo esta misma lógica, la cuestión del suicidio asistido significa que hay personas que tienen la obligación de asistir a quien pide, bajo amparo legal, el derecho a morir. Y que hay otros que deberán ejecutar ese derecho. Por tanto, ¿puede existir el deber de matar? Evidentemente no. No es misión de un médico matar a nadie. Es más, va en contra del código deontológico que responsabiliza y ata al personal sanitario. Lo propio de quien ejerce la medicina es curar, cuidar y paliar el dolor. Que no les engañen, vender el derecho a la eutanasia incluye en el pack la obligación de que hay personas que deberán matar.

Exactamente igual ocurre con el aborto. Decir que una mujer tiene derecho a abortar lleva implícito que hay otras personas que tienen la obligación de matar al feto para que a la muchacha se le garantice su derecho. Esa no es, ni puede ser, nunca la misión de la medicina. Aquí rige la misma idea que antes. ¿Es matar una obligación? Nunca.

Me temo que esta civilización tan avanzada ha separado lo que significa la verdad y la libertad

Quizás alguno me diga que nadie obliga a los sanitarios a practicar una eutanasia o un aborto, que para eso está el derecho a la objeción de conciencia. Yo les diré que ese sí que es un verdadero derecho, el ser objetor de lo que va contra la conciencia. Y me temo que la realidad es que hoy se camina en otro sentido. En junio de 2021 el Parlamento Europeo aprobó el llamado Informe Matic. ¿Les suena? No creo, pues estas cosas pasan mediáticamente muy desapercibidas. El mes de junio es ideal para quienes quieren aprobar este tipo de resoluciones tan polémicas, pues es justo antes de las vacaciones y la gente está hasta el gorro de noticias y polémicas durante el curso laboral. Este informe, directamente, declara el aborto como un derecho humano universal y lo llama una «atención médica esencial» por lo que pide eliminar la objeción de conciencia sanitaria alegando que el derecho a objetar supone «una negación de la atención». Tela.

Lo cierto es que esta resolución no es vinculante. Es decir: no obliga a los gobiernos de los estados miembros de la Unión Europea a aplicarla, pero es el primer paso para ello, pues va indicando a los estados de la UE por dónde deben ir llevando sus legislaciones poco a poco... Para que no se note...

Del mismo modo, algunos medios de comunicación van inoculando `ideas´. No parece casual que por aquellas fechas previas al verano de 2021 en el programa «Salvados», de Fernando González (más conocido como Gonzo), hubo toda una exposición de testimonios lacrimógenos de mujeres que no habían podido abortar en la sanidad pública debido a la objeción de conciencia de los médicos. Médicos, por cierto, que se negaban a hacerlo y eran señalados públicamente por ello. Como imaginaran ustedes, este tipo de programas van generando una opinión pública disonante, allanando el camino para que, llegado el momento, la sociedad acepte y asienta, punto por punto, las pautas orquestadas por el Informe Matic.

También habrá quien señale que hay sanitarios que querrán practicar eutanasia y abortos libremente y sin objeción de conciencia. Vale, pero no por ello puede haber una justificación moral o dar por válida la premisa de que por el hecho de que se quiera hacer algo libremente signifique que, per se, ese algo sea bueno. Acabar con una vida sigue siendo intrínsecamente malo. Para que un acto sea moralmente bueno han de ser buenas tres cosas: objeto, intención y circunstancias. El objeto en estos actos, que es acabar con una vida, no puede ser reconocido como un bien, aunque la intención y circunstancias sí los sean. Por eso no se pueden justificar moralmente el aborto y la eutanasia.

Me temo que nuestra civilización, tan avanzada, ha separado a todos los niveles los conceptos de verdad y libertad. Quitar a Dios y vaciar de contenido el pensamiento tiene consecuencias. Si tiene usted una situación difícil cerca, dele toda la ayuda que pueda y le dejen. Acompañar nunca es el camino fácil, pero siempre es el camino bueno.

La paz.

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