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El Papa Francisco pronuncia la homilía junto al cardenal Giovanni Battista Re durante la misa de la Vigilia Pascual

El Papa Francisco pronuncia la homilía junto al cardenal Giovanni Battista Re durante la misa de la Vigilia PascualEFE

La Fábrica de San Pedro en el Vaticano brinda empleo a un recluso en proceso de recuperación

Los «Rosarios del Mar» destacan entre las iniciativas de la Basílica de San Pedro en el marco del Jubileo 2025, destinadas a proporcionar empleo y dignidad a refugiados y reclusos en las cárceles

Durante la presentación de las iniciativas sociales para el Jubileo 2025, el martes 5 de diciembre, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro, reveló en una conferencia de prensa en el Vaticano que, desde el 1 de septiembre, un recluso de la cárcel de Rebibbia, en el noreste de Roma, está desempeñando labores como electricista en la Basílica Vaticana.

Este martes, se presentaron a la prensa que cubre el Vaticano las acciones sociales puestas en marcha para preparar el Jubileo 2025 por parte de la Basílica de San Pedro, beneficiando a refugiados y reclusos.

Una segunda oportunidad

En vistas al Año Santo, la organización «Seconda Chance» busca reintegrar a los detenidos a través del trabajo, amparada por una ley en Italia que permite empleo externo para ciertos presos y beneficios fiscales a las empresas contratantes. La Fábrica de San Pedro ha adherido a la iniciativa, y otros están siendo evaluados para labores similares.

Este programa planea involucrar a más presos en Italia, ofreciéndoles oportunidades laborales mediante asociaciones con empresarios, cooperativas y organizaciones que buscan brindar una segunda oportunidad a aquellos que participan en los programas de formación y buscan reintegrarse en la sociedad. Además, hay colaboración con la prisión de Viterbo Mammagialla, donde se fabrican bolsas deportivas con materiales reciclados, y se planea producir una línea de bolsas para el Jubileo como souvenirs.

Las directrices clave para el próximo Jubileo 2025 son gratuidad, justicia y perdón, según el arcipreste de la Basílica de San Pedro. «De estas tres directrices, la más importante es el perdón», explicó el cardenal Gambetti. «Si practicamos el perdón, sabemos acoger a nuestros enemigos y desactivar el mal, y solo así se inicia una verdadera transformación. Es precisamente en este contexto jubilar que nacen estas colaboraciones».

En la presentación de las acciones sociales, Giovanni Russo del Ministerio de Justicia de Italia enfatizó que el trabajo es crucial para la reinserción y la dignidad de los presos. Se reconoce que antes se veía el trabajo en prisión como castigo, pero ahora se valora como una oportunidad para la recuperación y el reingreso exitoso a la sociedad. Además, reciben un contrato y un salario. Se busca duplicar, para 2024, el número de detenidos trabajando en Italia, subrayando que la justicia implica reconocer la dignidad humana incluso en aquellos que están encarcelados.

El cardenal Gambetti también anunció que el 9 de diciembre se llevará a cabo una cena para personas sin hogar, coincidiendo con la iluminación del belén y el árbol de Navidad en la plaza de San Pedro. Como parte de la preparación para el Jubileo, la Basílica ofrecerá una hora de adoración cada sábado a las 21:00 horas.

«Rosarios del Mar»

El segundo proyecto anunciado por el cardenal Gambetti son los «Rosarios del Mar», resultado de la colaboración con la Fundación «Casa dello Spirito e delle Arti» para crear rosarios utilizando madera proveniente de las barcazas recuperadas de Lampedusa.

En asociación con 'Seconda Chance', reclusos seleccionados se unirán al proceso artesanal de construir los rosarios. El proyecto, llamado «Metamorfosi», implica que la madera sea recuperada por personas detenidas de varios institutos penitenciarios, alrededor de treinta trabajadores regulares, comenzando por la prisión de Milano Opera, en el norte del país, en zona de Milán, donde se elaboran las perlas y las cruces.

Posteriormente, los rosarios se ensamblan en la Fábrica de San Pedro y pronto se pondrán a la venta en las tiendas de la Basílica. «Es una gran experiencia de evangelización en la cárcel que hemos experimentado de primera mano», explicó el presidente de la Fundación, Arnoldo Mosca Mondadori.

«A menudo, los jóvenes de las escuelas visitan los talleres en la cárcel y, aunque no sean creyentes, quedan impactados por nuestros rosarios. Preguntan cómo se usan, qué significan todas esas bolitas y es entonces cuando los detenidos se dedican a explicárselo. No es un proyecto abstracto, porque vemos los rostros de las personas que, trabajando, poco a poco regresan a la vida».

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