Fundado en 1910
El bucólico santuario de la Mare de Déu de Montserrat

El bucólico santuario de la Mare de Déu de Montserrat

Cinco sorprendentes iglesias españolas que no dejan indiferente a nadie

Distintas, únicas, atrevidas, singulares; en ocasiones, polémicas. Así son estos templos cuya arquitectura produce asombro, admiración o extrañeza. O todas a la vez

Lo bueno de viajar por España es que, en casi cualquier rincón perdido de nuestra geografía, es posible toparse con construcciones singulares y sorprendentes. Es el caso de estos cinco templos, varios de ellos poco conocidos por la mayoría.

Mare de Déu de Montserrat

Mare de Deu de Montserrat (Our Lady of Monsterrat) sanctuary in Montferri (Catalonia, Spain) Is a small Modernist church by Josep Maria Jujol

El templo fue diseñado por Josep Maria JujolEloi_Omella

Es una iglesia sorprendente, como todas las de esta selección. Muchos coinciden en señalar su parecido con la Sagrada Familia de Gaudí, pero manteniendo una personalidad propia muy marcada. Situado sobre una pequeña planicie rodeada de viñedos en el término municipal de Montferri (Tarragona), el santuario de la Mare de Déu de Montserrat surgió de una idea de Daniel Vives, un jesuita que nació en el pueblo, que quiso así facilitar a los aldeanos un lugar cercano donde agradecer la cosecha. El padre Vives habló con su primo, Josep Maria Jujol, que era arquitecto, creyente y discípulo de Gaudí, y se pusieron manos a la obra en uno de los terrenos de la familia del jesuita.

El luminoso interior del santuario tarraconense

El luminoso interior del santuario tarraconense

Su construcción se inició en el año 1925 y su diseño se inspiró en las montañas de Montserrat. Sin embargo, las obras se suspendieron pronto por falta de financiación y, más tarde, por la Guerra Civil.

No fue hasta 1989, y bajo la dirección de Joan Bassegoda Nonell, que se retomó el proyecto, concluyéndose diez años después. El edificio tiene una planta poligonal que trata de emular un barco orientado hacia Montserrat. La estructura está formada por 120 arcos parabólicos o catenarios, sin hacer uso de paredes. Los nervios de los 42 pilares y las 33 cúpulas de la ermita emulan el perfil del macizo de Montserrat.

El santuario emula las montañas de Montserrat

El santuario recrea las montañas de Montserrat

Capilla de San Olav

El imponente e industrial campanario de la ermita

El imponente e industrial campanario de la ermita

Al salir del medieval municipio burgalés de Covarrubias, sorprende encontrarse a 4 kilómetros con un cartel indicativo que dirige hacia una capilla del siglo XXI. Si no fuera por él, pensaríamos que hemos llegado a una fábrica abandonada, o a una nave industrial, o incluso a un decorado de películas como Dune o Mad Max. A fin de cuentas, no sería tan extraño: no lejos de aquí se rodaron varias secuencias de la mítica El bueno, el feo y el malo.

La capilla de San Olav

La capilla de San Olav

Pero el cartel es inequívoco: nos encontramos ante la capilla de San Olav. ¿Es fea? ¿Su diseño es revolucionario? ¿Es un despropósito arquitectónico? Solo hay un epíteto que se le podría aplicar sin temor a equivocarse: es «distinta». Inaugurada en 2011, se erigió como símbolo de los «estrechos vínculos que mantienen España y Noruega», como dijo entonces el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

Efectivamente, esos lazos existen entre Burgos y el país nórdico, aunque pueda sorprender a más de uno. Corría el año 1257 cuando, tras una larga y penosa andadura por mar y por tierra, la princesa Kristina (Bergen, 1234 – Sevilla, 1262), hija de los reyes Haakon IV de Noruega y Margarita Skulesdatter, llegó a Castilla para desposarse con Felipe de Castilla (1231- 1274). Solo llevaba cuatro años en nuestro país cuando, con tan solo 28 años, la bella princesa nórdica falleció.

Otra panorámica de la peculiar capilla

Otra panorámica de la peculiar capillaMiguel Ángel Muñoz Romero

Siglos después se erigió la ermita, construida con materiales inspirados en San Olav: el acero de su armadura y la madera de cedro.

La Asunción de Pont de Suert

La

La extraordinaria obra de Eduardo Torroja y Rodríguez Mijares

Los esquiadores y los turistas que suben a las estaciones del Pirineo de Lérida se suelen quedar sorprendidos al circular frente a un atípico templo ubicado en el lado izquierdo de la carretera que cruza Pont de Suert. Se trata de la «iglesia nueva» de la Asunción, conocida así popularmente para distinguirla de la antigua, de facción barroca.

La iglesia recoge la rica tradición gótica y románica catalana y la fusiona sublimemente con los materiales que estaban en boga a mediados del siglo XX: el hormigón, el vidrio y el acero. Una construcción de estas características solo la podía firmar un genio en el manejo del hormigón como fue el ingeniero Eduardo Torroja, con la colaboración del arquitecto José Rodríguez Mijares, y fue financiada por la empresa hidroeléctrica ENHER en 1955. Inmediatamente, se convirtió en el edificio más singular de la Alta Ribagorza, la comarca donde se encuentra.

La capilla del Santísimo

La capilla del Santísimo

La capilla del Santísimo se ubicó en una peculiar estancia aneja con forma de huevo.

Ermita de la Soledad (Bolarque)

La

La recoleta ermita de la Soledad

No es habitual encontrar templos neo bizantinos en España. Es el caso de la ermita de la Soledad del poblado de Bolarque (Guadalajara), junto al pantano del mismo nombre. La presa fue inaugurada en 1910 por Alfonso XIII, pero se hacía necesaria la construcción de un poblado cercano para su mantenimiento. Este se concluyó en 1944, convirtiéndose en un apacible enclave de bella arquitectura, pintorescas casas y hermosos jardines, en las lindes de Almonacid de Zorita y Sayatón.

Ermita de Aita Donostia

La solitaria ermita de San Antón

La solitaria ermita de Aita DonostiaÍñigo Múgica

La más sencilla de las construcciones de esta selección no es, por eso, la menos llamativa. A 618 metros de altitud, justo al coronar el Alto de Agiña (Navarra), se encuentra un conjunto formado por una escultura-estela de Jorge Oteiza y una capilla diseñada por Luis Vallet, en homenaje al religioso José Zulaica y Arregui (1886-1956), popularmente conocido como Aita Donostia.

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