
Monseñor Castellanos había cumplido 90 años este martes
Muere en Bolivia Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia
Se trataba de un exponente de la teología de la liberación y era conocido por sus posturas heterodoxas con el Magisterio de la Iglesia y por su labor social
Monseñor Nicolas Castellanos Franco, obispo emérito de Palencia, ha fallecido este miércoles en Bolivia, país donde desarrolló gran parte de su labor pastoral, cuando hacía un día que había cumplido 90 años. La diócesis palentina ha comunicado «con dolor el fallecimiento», a la vez que, «como familia diocesana, nos unimos en la oración por su perdida y a la esperanza de la Resurrección».
Fue nombrado obispo de Palencia con apenas 42 años, en 1978. Sin embargo, en 1991 presentó su renuncia como obispo para marcharse como misionero a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, llevando consigo un nutrido grupo de laicos y de sacerdotes. Con ellos inició el Proyecto Hombres Nuevos, para tratar de mejorar las condiciones de vida en los barrios más desfavorecidos de aquella ciudad boliviana. A lo largo de los años puso en marcha diversos proyectos para atender a mujeres y a la población infantil: comedores, centros escolares, viviendas sociales y hospitales.
Su labor humanitaria se vio reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998 por «su trabajo abnegado y tenaz y su contribución ejemplar en áreas geográficas y en actividades distintas». No fue el único galardón con el que fue distinguido: en 2002, la comunidad de Castilla y León le concede el Premio Valores Humanos, y cuatro años más tarde, el Gobierno de Rodríguez Zapatero le otorga la Medalla de Oro al Trabajo, que le es impuesta en agosto del mismo año por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en el curso de una visita de estado por Bolivia. En Bolivia también fue ampliamente reconocida su labor.
«A 15.000 kilómetros del Vaticano»
Monseñor Castellanos también se distinguía por sus posturas heterodoxas dentro de la Iglesia católica. Claro exponente de la teología de la liberación –de la que llegó a decir que «era la única válida en este mundo empobrecido»–, lamentaba que «la Iglesia hoy está centrada casi exclusivamente en los sacramentos, mientras que la dimensión social y caritativa, que es esencial de la comunidad cristiana, no se desarrolla». No le preocupaban las condenas del Vaticano a la teología de la liberación, «porque está a más de 15.000 kilómetros».Leonés, nació el 18 de febrero de 1935 en Mansilla del Páramo, e ingresó aún adolescente en la Orden de San Agustín y realizó sus primeros votos en Palencia el 10 de septiembre de 1953. Tras realizar sus estudios eclesiásticos en el monasterio burgalés de Santa María de la Vid, fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1959. En 1973 fue elegido provincial de los agustinos.