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13 de septiembre de 2024

Enhamed Enhamed fue medalla de oro en 100 m. libres en la categoria de ciegos totales, en los JJOO de Pekín en 2008

Enhamed Enhamed fue medalla de oro en 100 m. libres en la categoria de ciegos totales, en los JJOO de Pekín en 2008Flickr Enhamed Enhamed

Las medallas de oro no bastaban al mejor nadador español de la historia: «El Señor es mi pastor»

Su ceguera le hizo plantearse dejar la natación, pero había invertido mucho tiempo y esfuerzo. «Era una excusa maravillosa, porque siempre está», dice sobre su falta de visión

el pequeño Enhamed Enhamed tenía solo 8 años cuando perdió la vista y como él dice «ganó la ceguera». Un año después aprendió a nadar y ocho más tarde, ganó sus primeras medallas en Atenas. Era 2004 y el joven canario debutó en los Juegos Paralímpicos en Grecia con dos bronces.

Durante su exitosa carrera deportiva ha logrado cientos de premios, entre ellos 9 medallas en los Juegos Paralímpicos de Atenas, Pekín y Londres. Pero en 2019 le llegó su premio más importante: la fe. «Cuanto tenía 17, decidí que era ateo», explicó él nadador en la última edición del congreso Deporte y fe, celebrado en Sevilla.

En sus propias palabras, su razonamiento fue: «si todo lo puede y todo lo sabe, ¿por qué soy ciego y los demás no?». Esta cuestión le resultaba demasiado injusta. Tras una importante competición en Sudáfrica, tocó fondo. Entonces no conocía ningún psicólogo y definía lo que sentía como «estar chungo».

«Empecé a sentir que vivía sin un propósito claro». Su ceguera le hizo plantearse dejar la natación, pero había invertido mucho tiempo y esfuerzo. «Era una excusa maravillosa, porque siempre está», dice sobre su falta de visión.

Una coincidencia le llevó a estar sentado junto a un sacerdote en un vuelo desde Canarias a Madrid, donde estudiaba en un centro de alto rendimiento. «Yo estaba en el pasillo así que no se podía levantar», comenta entre risas y admite que pasó las dos horas y media de trayecto bombardeándolo a preguntas. «Le planteé la pregunta clave: Si tú tienes tan claro que todo es una cuestión de fe y que los caminos del Señor son inescrutables, ¿por qué yo soy ciego?». A lo que el religioso le respondió, según cuenta: «No lo sé, pero eso es algo que tendrás que averiguar».

Ello le hizo reflexionar unas semanas hasta que se dio cuenta de que por mucho que hiciese kilómetros en el agua, lo que le faltaba era el entrenamiento mental «un cambio drástico en la forma de ver las cosas», lo describe. Cambió la pregunta que tanto se había hecho a lo largo de su vida por «¿para qué soy ciego?».

Paralimpiada de Pekín 2008

Paralimpiada de Pekín 2008Flickr Enhamed Enhamed

«Ese fue el punto de inflexión. Comencé a vivir agradeciendo y valorando las cosas. Agradeces el desayuno, agradeces al entrenador… y, poco a poco, fui cambiando», afirma. Hacerse preguntas y el resto de su entrenamiento mental estaba funcionando. Enhamed batió su primer récord del mundo por dos décimas. No obstante, después de Pekín, unos niños de 10 años le preguntaron si cambiaría todas sus medallas por volver a ver. El nadador se dio cuenta de que todo su proceso de ser agradecido y hacerse preguntas le había llevado a dejar de ver su ceguera como una excusa o un impedimento, para convertirse en una razón. Uno de los libros que más leyó en esos años fue la Biblia.

En 2012 se retiró de la carrera deportiva, aunque siguió ligado a distintas prácticas físicas. «Después hice varios retos, entre ellos un Ironman, alguna maratón, subir el Kilimanjaro o cruzar el Estrecho de Gibraltar a nado», explica. Esta última travesía fue para él «más especial». «Tuvimos olas de más de 3 metros y durante toda esa travesía, yo solo me repetía una frase entre brazada y brazada: el Señor es mi pastor».

Después de todo, si alguien le pregunta a Enhamed cuál es su medalla más importante diría que fue la que se llevó en 2019 en una Vigilia Pascual. «Tras un largo peregrinaje espiritual, recibí el Bautismo. Para mí, ha sido la confirmación tangible de que todo lo que he logrado ha sido porque he ido realmente mano a mano y acompañado», asegura.

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