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Ana Iris, Pablo Velasco y Freire

Ana Iris, Pablo Velasco y Jorge Freire durante el coloquio del sábadoElijah G. F

26 Congreso Católicos y Vida Pública

Ana Iris Simón: «La indignación es necesaria para la reacción»

La escritora y columnista y el filósofo Jorge Freire cerraron a lo grande la mañana del sábado ante un Aula Magna llena

Parecía que, tras la brillante conferencia de monseñor José Ignacio Munilla el sábado por la mañana en el 26 Congreso Católicos y Vida Pública, sería difícil mantener el nivel de interés en las siguientes intervenciones. El obispo de Orihuela-Alicante había dejado el listón muy alto, pero la siguiente mesa redonda, con los columnistas y escritores Ana Iris Simón y Jorge Freire, se convirtió en uno de los momentos más aplaudidos y comentados de la jornada.

Inconformistas, rompedores, sanamente iconoclastas, Iris y Freire volcaron un torrente de ideas valiosas y enriquecedoras que despertaron un enorme interés entre el público. Pablo Velasco, decano de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la universidad CEU San Pablo, presentó a los ponentes, de los que destacó su «sana libertad» al evitar «el chantaje de las ideologías» y las «respuestas preconcebidas». Freire comenzó lanzando una polémica pregunta: «¿La razón para no arrasar la catedral de Santiago y poner un supermercado en su lugar es económica?».

El pirata y su lorito

A partir de ahí, el filósofo y columnista entró de lleno en varios temas que adornó con infinidad de citas de pensadores como Ortega y Gasset, quien «hablaba del deleite de la quejumbre». «Te dan prestigio si eres quejoso», afirmó. «Veo que Yuval Harari promociona su libro diciendo que la inteligencia artificial nos matará a todos y cada día pronostica una catástrofe para pasado mañana. Pero Ortega decía que esa retórica de decadencia era propia de los que están en decadencia. La retórica pesimista es desmotivadora y desmoviliza. ¿Como romper ese pesimismo? Más que optimismo es mejor la esperanza, el esperanzado lleva la esperanza como el pirata a su lorito, va con él. Pero la esperanza no es un camino recto», advirtió.

Por su parte, Ana Iris defendió el derecho a enfadarse y lamentarse, porque «la indignación es necesaria para la reacción». Y rompió el tabú de los partidos políticos que «salvan» a la sociedad: «Mi amigo cura en un barrio deprimido de Sabadell quizá hace más por transformar el mundo que ciertos partidos que dicen ser bastante católicos pero que no aceptan propuestas económicas católicas de justicia social», dijo, remitiéndose a enseñanzas sociales del Papa León XIII.

«Ya se matan entre ellos»

Iris aportó también una interesante reflexión sobre el pensamiento dominante y uniformado: «Yo trabajo en El País. Lo woke no es que haya que combatirlo: ya se matan entre ellos. Pero hay ausencia de católicos en ciertos ámbitos. Sí, es extremadamente difícil hablar como católico en ciertas plazas», observó la columnista del diario de Prisa.

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