
Frailes del monasterio de Santa Croce con algunos artesanos y huérfanos de la Scuola del Cuoio
La fe curtida en cuero: cuando los frailes y las paredes de un monasterio salvaron la artesanía florentina
Desde reyes y presidentes hasta estrellas de Hollywood como Audrey Hepburn y Steven Spielberg, todos han quedado fascinados por la calidad y tradición de la Scuola del Cuoio
En el corazón de Florencia, entre los muros del monasterio de Santa Croce, se fundó después de la Segunda Guerra Mundial una escuela con un propósito claro: dar a los huérfanos una oportunidad real a través de un oficio. La Scuola del Cuoio (Escuela del cuero) no nació solo como un negocio, sino como una necesidad.
Los frailes franciscanos, en colaboración con las familias Gori y Casino —expertos artesanos del cuero desde los años 30—, pusieron en marcha este proyecto con una visión tan pragmática como ambiciosa: formar a jóvenes sin recursos en un arte con siglos de historia en Florencia y abrirles las puertas a un futuro digno.
Lo que empezó como un taller solidario dentro del monasterio pronto se convirtió en un referente mundial de la artesanía del cuero, atrayendo a clientes de alto nivel y manteniendo viva una tradición que, de otro modo, se habría desvanecido con el tiempo.
De Italia al Despacho Oval
Tras la Segunda Guerra Mundial, Italia enfrentaba una crisis social y económica que dejó a muchos niños huérfanos y sin oportunidades. En este contexto, los frailes franciscanos del monasterio de Santa Croce, en Florencia, decidieron recuperar una de las tradiciones más antiguas del barrio: el trabajo del cuero.Con el apoyo de la familia Gori, reconocida por su maestría en la artesanía de la piel, convirtieron el antiguo dormitorio del convento en un taller donde jóvenes en situación de vulnerabilidad aprenderían un oficio con futuro. Así nació la Scuola del Cuoio, un proyecto que combinaba tradición, arte y formación social.
Desde el principio, la escuela no solo enseñó a sus alumnos a trabajar el cuero, sino que les transmitió un conocimiento profundo de este material, desde la selección de pieles hasta las técnicas de corte y confección. A los más talentosos, se les introducía en el arte del dorado con pan de oro de 22 quilates, una habilidad reservada para piezas exclusivas como escritorios y joyeros.
Los primeros productos que salieron del taller fueron pequeños accesorios, pero con el tiempo, la escuela se especializó en la fabricación de artículos de lujo. La calidad de sus productos pronto atrajo la atención internacional, especialmente de los Estados Unidos. En 1950, el presidente Dwight D. Eisenhower encargó personalmente un conjunto de escritorio de cuero dorado para la Oficina Oval de la Casa Blanca, lo que marcó el inicio de una relación con clientes de alto nivel. La Scuola del Cuoio pasó a ser un referente de la artesanía florentina.

El prestigioso taller donde los clientes pueden observar a los artesanos trabajar el cuero en un entorno cargado de historia
La riqueza de enseñar al que no sabe
Movidos por el lema de su fundador: «el que es rico en conocimiento y no lo transmite será pobre para siempre», en 1950, la Scuola del Cuoio no solo enseñaba a jóvenes huérfanos a trabajar el cuero, sino que también abrió sus puertas a los internos de la cárcel de Murate, ofreciéndoles una segunda oportunidad a través de la artesanía. Este esfuerzo social le valió al fundador, Marcello Gori, una medalla del Gobierno italiano.
Sin embargo, en 1966, la tragedia golpeó Florencia: el río Arno se desbordó y sumergió en agua y barro la basílica de Santa Croce y la escuela, dejando todo en ruinas. Lejos de rendirse, la familia Gori y su equipo trabajaron sin descanso y, un año después, la escuela volvió a brillar. El propio presidente italiano, Giuseppe Saragat, reconoció este esfuerzo nombrando a Gori Cavaliere del Lavoro (Caballero del trabajo) en 1968.
Con el tiempo, la Scuola del Cuoio se convirtió en una parada obligatoria para la élite mundial. Reyes, presidentes y estrellas de Hollywood han visitado sus talleres o adquirido sus exclusivos productos de cuero. Desde la reina de Grecia hasta Ronald Reagan, pasando por Audrey Hepburn, Paul Newman y Steven Spielberg, todos han quedado fascinados por el arte florentino que la escuela preserva. Además, instituciones como la Fuerza Aérea Italiana, la Policía y hoteles de lujo han confiado en la escuela para fabricar piezas únicas.

Entrevista al expolítico italiano
Rocco Buttiglione: «El político debe ganar. Pero si tienes que ganar contra la verdad, es mejor perder»
San José, afirmó un miembro de la familia en una reciente entrevista con el National Catholic Register, es el patrón de todos estos artesanos que intentan combinar tradición, calidad y un toque de lujo manteniendo su prestigio intacto a lo largo de los años. «Nuestra academia, por su dedicación a la ayuda al prójimo y como empresa histórica, aún se encuentra en el antiguo dormitorio del monasterio, un lugar histórico y lleno de fe que inspira nuestro trabajo y misión a diario», aseveró la nieta del fundador.
La familia Gori, además, sigue siendo una de las principales responsables de la renovación del monasterio de Santa Croce y de la promoción de la historia y la cultura de la ciudad. En 2022, con motivo del 72 aniversario de la escuela, se creó la Fundación Marcello Gori, con el objetivo de «descubrir nuevos talentos ocultos en aquellos que solo necesitan un poco de ayuda», afirma su página oficial, y a que «la voluntad, la constancia y la gratitud del pasado vuelvan a apoyar aquellos proyectos que ayuden a jóvenes y niños sin esperanza en el futuro».