Las cuatro debilidades de Lolo, el primer periodista beatificado
El primer profesional de la información declarado beato, Manuel Lozano Garrido, Lolo, dejó una herencia que todavía hoy perdura: grupos de personas enfermas y comunidades monásticas unidos en oración por la labor de los comunicadores. El Debate ha hablado con el padre Rafael Higueras Álamo, quien vio morir a Lolo entre sus brazos
El beato Manuel Lozano Garrido, conocido mundialmente como Lolo (1920-1971), ha pasado a la historia por haber roto esquemas. No solo ha sido el primer periodista profesional de la historia de la Iglesia proclamado beato, en 2010. También ha dejado como herencia espiritual Sinaí, grupos de enfermos y comunidades monásticas que rezan por los comunicadores cristianos.
Más de 51 años después del fallecimiento de este periodista de Linares (Jaén), estos grupos de oración siguen vivos, no solo gracias a la intercesión del beato, sino también al esfuerzo incansable del sacerdote Rafael Higueras Álamo, quien le vio morir entre sus brazos.
El padre Rafael, acompañó como sacerdote a Lolo los nueve años finales de su vida, cuando ya se encontraba paralizado y ciego. Lolo, era miembro de la Acción Católica, fue un reconocido periodista, autor de nueve libros, y escribió centenares de artículos en importantes medios informativos de España, como Prensa Asociada. El padre Rafael fue consiliario de la asociación promotora de la causa de beatificación de Lolo, Amigos de Lolo.
Una idea pionera
El origen tuvo lugar a los pies de la Virgen de Lourdes, en el año 1958. Él todavía no estaba ciego, no estaba tan anquilosado su cuerpo y en esta peregrinación de enfermos, llegó con mucho trabajo y mucho dolor.
Dado que por la parálisis estaba obligado a bajar la mirada, por tener la cabeza muy inclinada, su hermana Lucy le puso sobre las rodillas un espejo que le permitió ver la imagen de la Virgen. Cuando su hermana le quito el espejo, el rostro de Lolo estaba lleno de lágrimas.
«Al volver de Lourdes, en el andén de tren de Atocha, se encuentra con algunos de los periodistas que entonces andaban creando PPC (Propaganda Popular Católica) y a partir de ese momento surge en Lolo la idea de crear esta obra, «Sinaí, Grupos de oración por la prensa». Ese encuentro se convirtió en una alianza de oración. Él tenía una red impresionante de teléfono y correo postal, sin redes sociales, capaz de enlazar monasterios, enfermos y periodistas. Se montó un grupo de un monasterio contemplativo masculino o femenino, doce enfermos, que pedían por un periodista o por un equipo de periodistas o por un órgano de información. Había nacido Sinaí.» Nos cuenta el padre Rafael.
Cómo era Lolo
La vocación de periodista estuvo presente desde niño. Trabajaba de auxiliar, en un comercio de tejidos, y escribía sus primeros artículos, en los papeles de las facturas y de los albaranes. La prueba de que él era periodista de raza es la oración, que escribió por los periodistas junto con el decálogo de los periodistas.
El padre Rafael nos comenta la curiosa personalidad de Lolo: «Tenía cuatro debilidades: la devoción eucarística, la devoción mariana y la prensa, y los más necesitados. Su vida prueba que no paraba de ayudar. Desde su medio metro de sillón, actuaba como el mejor agente social. A su casa iba todo el mundo, desde el minero, hasta empresarios, pasando por escritores, analfabetos, jóvenes, mayores…».
Mientras haya enfermos y monasterios que recen por los periodistas
Sinaí
Tras esa peregrinación a Lourdes y su encuentro con compañeros periodistas, empezaron a surgir estos grupos de oración por los periodistas. Un grupo está constituido por un monasterio y dos enfermos, que rezan por un periódico, periodista o medio de comunicación, en estos momentos, tienen 56 monasterios. Él decía, mientras haya enfermos y monasterios que recen por los periodistas, el Evangelio será predicado con fuerza por los periodistas.
Los últimos años
«No solo el beato es el amigo con el que pasé nueve años. Yo daba clase en un instituto, un bachillerato situado a unos metros de su casa. Cuando había una hora libre, por ejemplo, los jueves por la tarde, me llevaba a los alumnos a su casa. Los sentaba en el suelo para que la clase que tenían vacante fuera ocupada por Lolo, con su testimonio».
La muerte de Lolo, el padre Rafael la vivió como una gracia. Recuerda que estaba, en la puerta del hospital de Linares, salió el médico de Lolo muy deprisa y le dijo: «se nos está muriendo Lolo». Por eso, pudo estar con él justo el momento final de su vida. Le dio la absolución, y se marchó rezando junto con el padre Rafael, el Avemaría. Así murió, el 3 de noviembre de 1971.
El beato Lolo
Su proceso, se inicia, en año 1994. Era el centenario de la fundación de la parroquia de San Francisco de Linares. Se habían organizado muchos actos por parte de los miembros de Acción Católica, el padre Rafael reunió a los grupos y les preguntó: «¿Queréis que empecemos el proceso de beatificación de Lolo?».
«Repartimos un papel para que pusieran su nombre, sus señas, y si quería o no que empezásemos el proceso. Se les preguntaba también a cuánto se comprometían para colaborar con los gastos que pudieran ir surgiendo».
En abril de 1994, se clausuró la primera etapa del proceso Diocesano. En el año 2010, fue su beatificación. Durante el proceso, el padre Rafael fue 98 veces a Roma.
- Si desean más información sobre la vida y labor de Sinaí, pueden escribir al email hola@amigosdelolo.com seguirles en la web amigosdelolo.com o en sus redes sociales: