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Los fieles procesionaron con el crucificado en el terreno de la catedral de Managua a pesar de la prohibición

Los fieles procesionaron con el crucificado en el terreno de la catedral de Managua a pesar de la prohibiciónAFP

Nicaragua vive el Viernes Santo con aglomeraciones en los templos tras la prohibición de las procesiones

los católicos nicaragüenses resisten pese a la tensión con el gobierno de Ortega y a pesar de la prohibición de realizar procesiones esta Semana Santa. Durante el Viernes Santo, decenas de miles de fieles han participado en las tradicionales celebraciones congregados en los templos y sus atrios, después de que las autoridades de Nicaragua prohibiera a la Iglesia celebrar los Vía Crucis por las calles.

La catedral de Managua acogió este viernes a miles de feligreses que se congregaron en los alrededores para participar en la rememoración del calvario de Jesucristo, antes de ser crucificado. Los católicos nicaragüenses revivieron las últimas horas del Nazareno en una masiva procesión que está vez salió de un costado de la catedral, y concluyó con una Eucaristía, presidida por el cardenal Leopoldo Brenes, frente a la puerta principal de la basílica.

El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, durante la procesión del Viernes Santo

El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, durante la procesión del Viernes SantoAFP

A través de la Policía Nacional, Daniel Ortega prohibió a la Iglesia sacar sus imágenes a la calle el pasado mes de febrero, cuando se desautorizaron los Vía Crucis callejeros en Cuaresma. La orden fue adoptada después de que el dictador tildara de «mafia» a los sacerdotes, obispos, cardenales y al Papa Francisco.

Los creyentes católicos acudieron en familia al atrio de la catedral de Managua, muchos de ellos vestidos con ropas de color blanco, donde rememoraron la Pasión de Cristo, que incluye las catorce estaciones que hizo Jesús cuando halló su muerte en la cruz.

Procesión del Viernes Santo en Managua

Procesión del Viernes Santo en ManaguaAFP

La Eucaristía posterior al rezo del Vía Crucis se celebró frente a la imagen de la Sangre de Cristo, que quedó calcinada el 31 de julio de 2020 en su capilla de la catedral. Según las autoridades, el incendio fue involuntario. Según la Iglesia, fue un acto terrorista.

La quema de la imagen de la Sangre de Cristo, con 385 años de historia y que representa a Jesús crucificado, estuvo precedida de una ola de profanaciones contra templos católicos en Nicaragua, en medio de la tensión entre el Gobierno sandinista y la Iglesia católica que se vive en el país desde 2018.

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