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Los asistentes a la beatificación de la familia Ulma visita la tumba donde descansan los restos de los nueve beatificados en Markowa.

Asistentes a la beatificación de la familia UlmaAFP

La Iglesia beatifica a los Ulma: la familia que escondía judíos

El cardenal Semeraro dice que los Ulma «animan a reaccionar» ante la «cultura del descarte» del aborto y la eutanasia que denuncia el Papa

Los Ulma, una familia de mártires que fue asesinada por acoger a una familia de judíos en su finca durante la Segunda Guerra Mundial, han sido beatificados este pasado domingo. La ceremonia tuvo lugar cerca del cementerio de Markowa (Polonia) en el que se guardaron sus restos tras ser ejecutados por los nazis en 1944.

La celebración

El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, ha presidido, ante 32.000 personas, la misa protagonizada por los nueve miembros de la familia, que se convierten en la primera unidad familiar beatificada.

En concreto, Józef y Wiktoria, junto a sus seis hijos, más un séptimo en el vientre materno, acogieron durante un año y medio a ocho judíos, todos ellos pertenecientes a una misma familia.

En la homilía en la ceremonia en Markowa, el pueblo de la familia, el cardenal Semeraro se ha referido a ellos como unas personas capaces de transformar su hogar «en el lugar de lo que el Papa Francisco llama la santidad de la puerta de al lado».

«La casa de los Ulma se convirtió en esa posada donde se alojaba y cuidaba al hombre despreciado, marginado y condenado a muerte», ha agregado, para resaltar que la pareja vivió una «santidad conyugal y plenamente familiar», según recoge el portal del Vaticano Vatican News.

La vida como don

Asimismo, ha lamentado que el más pequeño de los nuevos beatos «vino a la luz en el parto de la carnicería de su madre» y ha aludido a su figura para clamar contra el aborto y la eutanasia.

«Sin haber pronunciado nunca una palabra, hoy el pequeño bendito grita al mundo moderno que acoja, ame y proteja la vida, especialmente la de los indefensos y marginados, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Es su voz inocente la que quiere sacudir las conciencias de una sociedad en la que proliferan el aborto, la eutanasia y el desprecio por la vida vista como una carga y no como un don», ha dicho.

En este sentido, ha reivindicado que la familia Ulma «anima a reaccionar ante esa cultura del descarte, que denuncia el Papa Francisco».

Por otro lado, ha destacado la presencia de la comunidad judía en la ceremonia y ha ensalzado la acción de acoger relacionándolo con la invasión rusa en Ucrania. «La intercesión de los nuevos beatos y su testimonio de caridad evangélica animan a todos los hombres de buena voluntad a convertirse en artífices de paz», ha apostillado.

El Papa nos anima a imitarles

Por su parte, el Papa ha recordado tras el Ángelus de este domingo la beatificación de los Ulma, a quienes se ha referido como un «rayo de luz en las tinieblas de la Segunda Guerra Mundial». Así, ha abogado por tener a la familia como un «modelo a imitar por su bien y servicio a los necesitados».

Francisco declara que esta familia son una inspiración para nosotros, y que en medio de esas circunstancias garrafales en las que parecían predominar el «odio y la violencia, opusieron el amor evangélico».

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