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La sBodas de Canaá de Paolo Veronese

Las Bodas de Caná de Paolo Veronese

Qué es la sinodalidad y por qué es importante un sínodo en la Iglesia

Según el documento La sinodalidad en la vida y el ministerio de la Iglesia, «la sinodalidad es el modo de vivir y de trabajar de la Iglesia, pueblo de Dios, que revela y da sustancia a su ser como comunión cuando todos sus miembros caminan juntos, se reúnen en asamblea y participan activamente en su misión evangelizadora»

El Papa Francisco no se ha cansado de insistir en la sinodalidad como dinámica eclesial para que la Iglesia siga siendo fiel a su misión en el mundo, que no es otra que anunciar la resurrección de Cristo «hasta los confines de la tierra».

La sinodalidad en este sentido, evidencia la necesidad de renovación que promueve el Concilio Vaticano II, que redescubre la vocación de todos los bautizados, sea cual sea su estado de vida, a comprender el misterio y la misión de la Iglesia en la Historia de la Salvación.

Todos los miembros de la Iglesia, no sólo la jerarquía o los consagrados, tienen la responsabilidad de compartir activamente la Buena Noticia del Evangelio: que Cristo se ha encarnado y que, a través de su pasión, Muerte y Resurrección ha salvado al mundo y es compañía real para el hombre, a través de la Iglesia: realidad humana que es llamada siempre a una revisión y reforma adecuada para anunciar a cada generación y a cada cultura esta Buena Nueva.

La historia de la Iglesia demuestra la tentación persistente del inmovilismo por miedo a lo nuevo y al cambio

Siempre es sinodal

La Comisión Teológica Internacional publicó el documento La sinodalidad en la vida y el ministerio de la Iglesia en 2017 para hacer más comprensible la relevancia del próximo sínodo de octubre. El texto señala que la 'sinodalidad' hunde sus raíces en la revelación divina y en su metodología, siempre comprensible para el hombre desde que Yahvé llama a Abraham a salir de su tierra para hacer un pueblo más numeroso que las estrellas del cielo.

«Compuesto por la preposición 'syn' (con) y el sustantivo 'ódós' (camino)», el documento teológico desvela que 'sínodo' es la dirección (camino) en la que camina el pueblo de Dios. Al mismo tiempo, se refiere a Jesús como «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6), y a los cristianos, originalmente denominados «seguidores del Camino» como testimonia Hechos de los Apóstoles 9:2; 19:9, 23; 22:4; 24:14, 22)». De hecho, san Juan Crisóstomo, observa que «iglesia» es «caminar juntos, sinodia» como un sinónimo de la asamblea eclesial.

"Con un significado específico, –señala el documento–desde los primeros siglos se designan con la palabra 'sínodo' las asambleas eclesiásticas convocadas en diversos niveles (diocesano, provincial o regional, patriarcal, universal) para discernir, a la luz de la Palabra de Dios y escuchando al Espíritu Santo, las cuestiones doctrinales, litúrgicas, canónicas y pastorales que se van presentando periódicamente.

La estructura histórica que llamamos Iglesia está llamada a seguir el propio dinamismo de la encarnación y de la metodología divina

No es inmovilista

La historia de la Iglesia demuestra la tentación persistente del inmovilismo por miedo a lo nuevo y al cambio, tal y como afirma San Juan XXIII en el discurso Gaudet Mater Ecclesia, en el que 'el Papa Bueno' alertó sobre los pensamientos de los «profetas de fatalidad que siempre están pronosticando desastres».

Del mismo modo, San Juan Pablo II se planteó la misma cuestión sobre la reforma permanente de la Iglesia en su carta apostólica Novo Millenio Inuente; una tensión eclesial que era «necesario examinar constantemente para garantizar que sigan su inspiración genuinamente evangélica».

«Se ha hecho mucho –dirá el Papa polaco– pero queda ciertamente aún mucho por hacer para expresar de la mejor manera las potencialidades de estos instrumentos de la comunión y responder con prontitud y eficacia a los problemas que la Iglesia tiene que afrontar en los cambios tan rápidos de nuestro tiempo».

Por eso, cuando la Iglesia convoca un sínodo, hace el mismo gesto de examen constante que ha hecho durante dos mil años, desde el Concilio de Jerusalén hasta hoy.

Sinodalidad es el modo de vivir y de trabajar de la Iglesia como Pueblo de Dios

Según el documento La sinodalidad en la vida y el ministerio de la Iglesia «la sinodalidad es el modo de vivir y de trabajar de la Iglesia como Pueblo de Dios, que da sustancia a su ser como comunión cuando todos sus miembros caminan juntos, se reúnen en asamblea y participan activamente en su misión evangelizadora».

El próximo sínodo, por tanto, es un paso más en la conciencia que tiene todo el Pueblo bautizado de que la estructura histórica, que llamamos Iglesia, está llamada a seguir el propio dinamismo de la metodología divina, a saber: que se hace comprensible a todos los hombres, de todas las épocas, a través de la encarnación del Hijo, su pasión, su Resurrección y su compañía en la asamblea de los bautizados hasta el fin del mundo.

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