Cáritas no abandona Tierra Santa y llama a detener la guerra
Cáritas Jerusalén sigue aferrándose a la esperanza de un retorno a la paz en Tierra Santa. Es la voz de la Iglesia en medio del sufrimiento, una voz que clama por la justicia, la dignidad y la vida
La Franja de Gaza vive una de las peores crisis humanitarias de su historia tras la escalada de violencia entre Israel y Hamás, que ha dejado más de 3.800 muertos, 12.900 heridos y miles de desplazados desde el pasado 7 de octubre. En medio de este escenario de muerte y destrucción, Cáritas Jerusalén, la organización humanitaria y de desarrollo que representa los servicios socio-pastorales de la Iglesia Católica en Tierra Santa, se esfuerza por aliviar el sufrimiento de la población, sin distinción de credo o etnia.
Cáritas Jerusalén cuenta con dos centros de salud en Gaza: uno en el pueblo de Taybeh y otro en la ciudad de Gaza. El centro de Taybeh atiende a una población rural, a menudo aislada de los servicios sanitarios por los bloqueos militares. El centro de Gaza dispone de una clínica móvil que actúa en paralelo al centro fijo, llegando a las zonas más afectadas por los bombardeos. Ambos centros ofrecen atención médica primaria, servicios de laboratorio, farmacia, vacunación, salud mental y apoyo psicosocial.
Además, Cáritas Jerusalén tiene un departamento de desarrollo que contribuye al desarrollo social y económico de las familias pobres y las zonas marginadas, mediante proyectos agrícolas, de agua, de generación de ingresos y de capacitación. También tiene un departamento de servicios sociales que brinda asistencia a través de cuatro tipos de acciones: apoyo a emergencias familiares, creación de empleo, asistencia médica y académica.
Cáritas Jerusalén apoya el derecho a la protesta no violenta como un derecho fundamental de los ciudadanos. La situación en Gaza es insostenible. El fluido eléctrico solo funciona durante cuatro horas al día, el agua en muchas las zonas de Gaza no se pueden beber y los suministros médicos se están agotando. Cáritas Jerusalén insta a la comunidad internacional a intervenir para poner fin al conflicto, garantizar el acceso de la ayuda humanitaria y respetar el derecho internacional humanitario.
Cáritas Jerusalén también ha sufrido las consecuencias de la guerra. El pasado 20 de noviembre, el salón adyacente a la iglesia de San Porfirio en Gaza, que acogía a 411 personas desplazadas, fue alcanzado por un cohete. Entre los refugiados había cinco miembros del personal de Cáritas Jerusalén, junto con sus familias. El ataque causó la muerte de 17 personas, entre ellas Viola, una técnica de laboratorio de Cáritas Jerusalén, su esposo y su hijo pequeño. Además, decenas de personas resultaron heridas. La iglesia no solo era un lugar de culto, sino también un centro de socorro que proporcionaba comida, ropa y atención médica a los desplazados y otros grupos vulnerables.
Cáritas Jerusalén expresa su dolor y su indignación por la tragedia que afectó a estas personas inocentes. Ante los desgarradores acontecimientos del conflicto entre Israel y Hamas, sigue aferrándose a la esperanza de un retorno a la paz en Tierra Santa. Cáritas Jerusalén es la voz de la Iglesia en medio del sufrimiento de Gaza, una voz que clama por la justicia, la dignidad y la vida.
Cáritas Internacional es una confederación de 165 organizaciones católicas de ayuda, desarrollo y acción social, que trabaja en más de 200 países y territorios, con el objetivo de construir un mundo mejor, especialmente para los pobres y oprimidos. Cáritas Jerusalén es el brazo humanitario de la Iglesia católica en Tierra Santa, que opera desde 1967 en los territorios palestinos ocupados, Israel y Jordania.