Fundado en 1910
Claustro del monasterio de Santa María la Real en su ubicación actual en Miami

Claustro del monasterio de Santa María la Real en su ubicación actual en Miami

Un claustro español en Miami: así viajó desde Segovia la construcción más antigua de EE.UU.

En 1925 el magnate de la prensa William Randolph Hearst compró el claustro, la sala capitular y el refectorio de una abadía cisterciense segoviana y la trasladó piedra a piedra a través del Atlántico

Al monasterio de Santa María la Real de Sacramenia (Segovia) le falta el claustro. En su día lo tuvo, pero no está perdido. Sobrevivió a un incendio en el siglo XVII y a la desamortización de Mendizábal en el XIX. Tras la serie de expropiaciones de los bienes de Iglesia la abadía cisterciense cayó en manos privadas, que acabarían vendiendo esa parte del conjunto monástico junto al refectorio y la sala capitular al magnate de la prensa estadounidense William Randolph Hearst.

Era 1925 y los casi 36.000 sillares de piedra de estas tres estancias fueron desmontados, marcados y guardados en 11.000 cajas de madera. Así fueron trasladados a través del océano Atlántico hasta el puerto del Bronx. Allí, un problema sanitario con la paja que amortiguaban la piedra hizo que todo tuviera que ser desembalado y el heno, quemado. Los distintivos no sirvieron de mucho, ya que el orden se rompió y nunca se podría ya reconstruir tal y como había sido la edificación original.

Sea como fuere, el claustro, la sala capitular y el refectorio de Santa María la Real llegaron al puerto de Nueva York. Los problemas económicos que atravesaba Hearst como consecuencia del crac de 29 dejaron los sillares varados en un almacén hasta que en 1952 dos empresarios, Raymond Moss y William Edgemon, compraron los cantos medievales y los trasladaron al norte de Miami, donde pensaban reconstruirlo todo como una atracción turística. No tuvieron en cuenta el desorden de los sillares y tras 19 meses de obra, sobraron sillares. Como complejo turístico no prosperó y la Iglesia episcopal de Estados Unidos, una denominación anglicana, acabó comprando la reconstrucción y bautizándola como Monasterio de San Bernardo de Claraval.

Fachada de la iglesia de Santa María la Real, en Segovia

Fachada de la iglesia de Santa María la Real, en Segovia

La abadía original de la que procede este claustro, que ostenta hoy el récord de ser la construcción más antigua de Estados Unidos, se encuentra en una finca privada en Sacramenia, que pertenece a la familia fundadora y dueña de la revista Hola. Santa María la Real fue fundada en 1141 por Alfonso VII, quien introdujo el Císter en España. Todo el complejo monástico fue construido entre los siglos XII y XIII y su vida monacal permaneció activa hasta la desamortización.

Este no fue el único monumento que Hearst decidió llevar piedra a piedra a Estados Unidos. Un séquito de empleados suyos viajó por toda Europa con un puñado de cheques en blanco para comprar obras de arte. Así en 1929 uno de ellos llegó hasta la catedral de Valladolid. La reja del coro se había convertido en un incómodo problema para el arzobispado, que no sabía cómo deshacerse de ella, y por 500 pesetas pasó a ser propiedad del magnate.

Su destino no fue distinta del de los sillares de piedra de Sacramenia. Al llegar a Estados Unidos permaneció en un almacén hasta 1956, cuando la Fundación Hearst la regaló al Museo Metropolitan de Nueva York, donde cada año la visitan siete millones de personas.

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