La Sábana Santa es auténtica: el estudio que confirma que el sudario de Turín tiene más de 2.000 años

Cada duda sobre la autenticidad de la Sábana Santa parece disiparse con cada estudio científico que se lleva a cabo en la reliquia. La tela de lino que san Juan Pablo II la describió como «una provocación a la inteligencia» ha despertado el fervor y controversia a partes iguales desde que fuese redescubierta en el siglo XIV.

Fue en 1355 cuando el lienzo que envolvió el cuerpo de Cristo al bajar de la cruz apareció en un pequeño pueblo de Francia. Cómo llegó hasta allí sigue siendo un misterio, aunque hay quien ha especulado con un robo en una de las muchas cruzadas. Sus trece siglos de vida anteriores son una laguna histórica. Por ello, una de las principales interrogantes que surgen alrededor de la Síndone es si es auténtica o se trata de una copia medieval.

Cinco son los estudios que han sido oficialmente autorizados para realizarse en la reliquia, pero solo uno de ellos intentó concretamente estimar su fecha de origen. En 1988 se entregaron pequeños fragmentos de la sábana a tres laboratorios distintos, el de la Escuela Politécnica de Zúrich, el de Oxford y el de la universidad de Arizona; los tres dataron los hilos en la Edad Media, entre los años 1260 y 1390. Los estudiosos de la sindonología argumentaron entonces que los resultados eran erróneos, que las muestras empleadas para la datación por radiocarbono estaban contaminadas por una restauración medieval de la reliquia. Tenían razón.

Un grupo de investigadores italianos ha empleado una nueva técnica de rayos X para datar el lino con el que está espigado el sudario y han podido confirmar que fue fabricado hace 2.000 años, en época de Jesús de Nazaret. Para su estudio, introducido por primera vez en 2022 en la revista Heritage, utilizaron ondas electromagnéticas de gran ángulo para medir el envejecimiento de la celulosa del lino.

Los pequeños detalles y los patrones de la tela han sido definitivos para conseguir una datación fidedigna de la pieza. Las cadenas de moléculas de azúcar unidas entre sí para formar la tela se van rompiendo con el tiempo, por lo que es posible saber cuanto tiempo ha existido un tejido. Los investigadores han supuesto que el sudario ha sido conservado a una temperatura de 22,5 grados Celsius (72,5 grados Fahrenheit) y una humedad relativa del 55 % en los trece siglos que la reliquia tardó en llegar a Europa.

Para comprobar como se había gastado la tela la compararon con otros lienzos hallados en Tierra Santa, ya datados en el siglo I d.C. En el estudio se puede leer que «los perfiles de datos fueron totalmente compatibles con las mediciones análogas obtenidas de una muestra datada, según registros históricos, entre el 55 y el 74 d.C.». Estas provenían de las ruinas de la fortaleza de Herodes en Masada, a los pies del mar Muerto. También se analizó la comparativa con otros tejidos de entre 1260 y 1390 –fecha en que el estudio de 1988 dató el sudario– y no se halló ninguna coincidencia.

Sobre ello, el autor principal de la investigación, Liberato de Caro, considera que sin una limpieza exhaustiva el procedimiento del Carbono 14 no es «fiable», debido que las muestras de tela están sujetas a todo tipo de contaminación. Para que las conclusiones de ambos estudios fuesen compatibles, indica el sindonólogo, el Santo Sudario debería haberse conservado en esos siglos en que estuvo perdido a una temperatura ambiente cercana a los valores máximos que se registraron entonces en la tierra.