Así suena, en arameo, el salmo 'Miserere' que compuso el rey David
Uno de los textos más populares de la Biblia, el salmo 50, se ha convertido en viral gracias a una adaptación musical, en arameo siríaco, colgada en YouTube
«Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa». Así comienza uno de los textos poéticos más populares y evocadores de la Biblia: el salmo 50, también conocido como el Miserere por la traducción latina de su primera palabra.
Compuesto por el rey David en torno al año 1.000 a.C., el texto es una súplica desgarrada y conmovedora de perdón y renovación espiritual, que surge de lo más profundo del corazón humano. Se trata, por ese motivo, de uno de los cantos penitenciales por antonomasia, citado por innumerables santos a lo largo de los siglos, y convertido en un himno de oración que ha marcado tanto la tradición judía como la cristiana.
El Miserere, de hecho, forma parte de la Liturgia de las Horas de la Iglesia católica, y algunos de sus versículos se recitan en la liturgia de la Eucaristía, como el «lava del todo mi delito, limpia mi pecado» que el sacerdote recita en voz baja cuando se lava las manos antes de ofrecer el pan y el vino sobre el altar.
El gran rey David
La tradición atribuye al rey David la autoría de este salmo. Y, con toda seguridad, fue compuesto durante el reinado de este gran cacique judío, que gobernó Israel en una época de consolidación política y religiosa.
Elegido por Dios, e imagen prefiguradora del Mesías, David había unificado las tribus de Israel dispersas por todo el territorio, había logrado conquistar Jerusalén arrebatándose a la los jebuseos, y había establecido en ella la capital, fortificándola.
Allí, a la llamada desde entonces «ciudad de David», llevó el Arca de la Alianza, o lo que es lo mismo, garantizó la presencia de Dios entre su pueblo. Aquel Dios que lo había ayudado en la niñez a vencer al gigante filisteo Goliat, y para quien, años después, su hijo Salomón construiría el gran templo de Jerusalén en torno al Arca.
El canto de un pecador
Sin embargo, esta era de esplendor se vio mancillada por un grave pecado personal del rey. Tal y como narra el segundo libro de Samuel, David cometió adulterio con Betsabé, la esposa de Urías el hitita. Y no sólo eso, sino que después orquestó la muerte de Urías para encubrir su falta. Este acto desató la ira de Dios, y el profeta Natán confrontó al rey, llevándolo al arrepentimiento.
El Miserere surge de este momento crucial. Humillado y quebrantado por su pecado, es la confesión de un hombre que implora la misericordia a Dios y que suplica ser restaurado a una relación plena con Él. Y más aún, es la expresión confiada en que la misericordia divina es más grande y poderosa que cualquier falta o pecado, por terrible que sea, pues «un corazón contrito y humillado, Tú no lo desprecias».
Viral después de 3.000 años
Casi 3.000 años después de su redacción, escrita en arameo y compuesta para ser cantada, el Miserere vuelve a estar de actualidad. Y no porque los gobernantes de las naciones muestren arrepentimiento por sus faltas, sino porque, gracias a YouTube, una versión de este canto, también en arameo, ha superado los dos millones de visualizaciones.
El canal que aloja el video con la transliteración en español ha sido creado por el sacerdote colombiano Manuel Penagos, aunque el intérprete de la versión del Miserere es el archimandrita de la Iglesia ortodoxa georigiana Serafín Bit-Haribi.
El canto arameo de un ex luchador
La propia historia de este clérigo ortodoxo, de etnia asiria, es digna de una película: antes de ingresar al seminario fue campeón caucásico de artes marciales, salvó su vida por los pelos en distintas ocasiones y se convirtió en monje tras una experiencia mística.
Ahora, compagina su ministerio con el canto litúrgico en la lengua de Jesús. E incluso entonó un canto similar, con el Salmo 53, durante la visita que el Papa Francisco hizo a Georgia en 2016. Su versión del Miserere, subida a YouTube en 2019, ha tenido ahora un nuevo pico de visitas, que le ha llevado a superar los 2,1 millones de visualizaciones. Un modo de convertir la gran plataforma de videos online en un nuevo corifeo para la gloria de Dios: «Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza».