El emotivo corto que anima «incluso a los niños más pequeños» a ser misioneros
OMP ha presentado ya su campaña sobre la Jornada de la Infancia Misionera, que se celebrará a nivel internacional en el mes de enero
Con el lema Comparto lo que tengo Obras Misionales Pontificias acaba de presentar un emotivo cortometraje para animar «incluso a los niños más pequeños» a respaldar la labor de los misioneros que ejercen su actividad evangelizadora a lo largo y ancho del mundo.
El corto, producido por la compañía Stellarum Films, tiene como objetivo la sensibilización de los más pequeños, y también de sus padres, de cara a la Jornada de la Infancia Misionera que la Iglesia celebra en el mes de enero a nivel internacional, y que en España se llevará a cabo el 19 del primer mes de 2025.
Dos niños protagonistas
El video dura poco más de 13 minutos, y ha sido «producido y pensado para la catequesis en las parroquias o para los colegios, pero que también puede ser visualizado en casa por las familias», como explican desde OMP.
Los protagonistas de la historia son Pepe y Lola, dos hermanos que podrían vivir en cualquier ciudad española, y que en plena Navidad tienen un breve encuentro con un misterioso personaje, que propiciará en ellos un cambio de planes inesperado.
Papúa, Tailandia, Perú…
En mitad de la trama aparece también la figura del padre Antonio, un misionero español residente en Papúa Nueva Guinea, donde en la vida real OMP lleva a cabo una importante labor de apostolado y educación. Más concretamente, esta entidad de derecho pontificio da sostén a una misión desarrollada en la diócesis de Kundiawa, una remota región de esta isla de Oceanía, donde OMP ha financiado la construcción de un colegio con capacidad para 400 niños.
También las aportaciones de la Infancia Misionera han permitido llevar a cabo un hospital pediátrico en la diócesis de Mangochi (Malawi), un proyecto de alimentación y asistencia sanitaria para los niños del vicariato apostólico de San José del Amazonas, en Perú; y un programa de protección frente a las drogas para 75 niños en la diócesis tailandesa de Thare Nonseng.