Crítico con Trump y defensor de los inmigrantes y el cambio climático: así es el nuevo arzobispo de Washington

A pocos días de la toma de poder de Donald Trump en la Casa Blanca, Washington estrena también arzobispo. Tras la jubilación de Wilton Daniel Gregory, el Papa Francisco ha escogido para la sede vacante a Robert McElroy, anteriormente en San Diego. Él mismo a desvelado que reza por el éxito del presidente, aunque en su mensaje de apertura ha mostrado su preocupación por los planes de deportaciones «indiscriminadas y masivas».

El mismo día que McElroy fue escogido, el 6 de enero de 2025, coincidió con el cuarto aniversario del asalto al Capitolio. Para la ciudad en la que este se encuentra, el Pontífice ha optado por un prelado que ya en el pasado se ha mostrado crítico con las políticas de Donald Trump. McElroy es cercano a Francisco.

A sus 70 años, ha sido designado por el Santo Padre en dos ocasiones para el sínodo especial sobre la Amazonía y para el de la Sinodalidad. Además, es miembro de dos dicasterios vaticanos: el del Servicio para el Desarrollo Humano Integral y Laicos, Familia y Vida.

Desde San Diego, la diócesis más al sur de California, que encabezó desde 2015, ha hablado abiertamente sobre la inmigración, la defensa del medio ambiente y un enfoque acogedor para las personas LGTBI. También se ha comentado públicamente su oposición a negar la comunión a políticos a favor del aborto o defensores de posturas contrarias a la doctrina de la Iglesia. En su opinión, ello supondría usar la Eucaristía «como arma para un fin político».

McElroy, criado en San Francisco, uno de los grandes bastiones demócratas, fue muy crítico con Donald Trump durante su primera legislatura y ha admitido que hay posibles puntos en los que está en desacuerdo con el próximo Gobierno. «Uno de los mayores desafíos» para él es el cambio climático.

Otro de estos aspectos discordantes podrá ser la inmigración si Trump cumple lo que tanto ha repetido en campaña. En su primera declaración a los fieles de Washington, McElroy ha afirmado que «la Iglesia católica enseña que un país tiene derecho a controlar las fronteras, y el deseo de nuestra nación de hacerlo es un esfuerzo legítimo». Por ello, y por el «sentido de la dignidad de cada persona», los planes de «deportación masiva, indiscriminada y más amplia en todo el país sería algo incompatible con la doctrina católica».

El nuevo obispo de Washington es graduado por la Universidad de Harvard. Tiene además un doctorado en Ciencias Políticas en Standford y otro en Teología en la Gregoriana de Roma. Por su parte, la nueva archidiócesis de la que ahora asume el cargo está formada por 3,1 millones de habitantes de los que solo el 22 % son católicos.