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This handout picture taken and released by the Ukrainian Presidential press service on June 6, 2023, shows Pope Francis' peace envoy to Ukraine, Cardinal Matteo Zuppi, speaking as he attends a meeting with Ukraine's president (not pictured) in Kyiv, amid the Russian invasion of Ukraine. (Photo by Handout / UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SERVICE / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / Ukrainian Presidential press service  " - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS

Mateo Zuppi, durante su reunión con ZelenskiAFP

La misión secreta de paz del Vaticano: ¿qué resultados ha dado la visita de Zuppi a Ucrania y Rusia?

Durante la reunión hubo una presencia estratégica al lado del cardenal: el nuncio en Moscú, monseñor D'Aniello. «Eminencia, estoy muy contento de que haya llegado a Moscú acompañado de hermanos que conozco bien», señaló Cirilo, patriarca ortodoxo ruso

Obtener una confianza inicial de Rusia prosiguiendo discretamente las negociaciones humanitarias: esta es la estrategia diplomática en la que trabajan el cardenal Matteo Zuppi y el Vaticano para iniciar el dificilísimo proceso de paz entre Rusia y Ucrania.

La misión del enviado del Papa del 28 al 30 de junio en Moscú fue bastante satisfactoria. En el sentido de que era complicado conseguir más. El cardenal regresó a Italia con el compromiso de Rusia de continuar el diálogo sobre la cuestión de los niños ucranianos deportados. Zuppi ha informado al Papa del resultado de las conversaciones y, al margen de la presentación de un acto de la Comunidad de Sant'Egidio, al que asistió en Roma el 4 de julio, el cardenal dijo a los periodistas presentes que en esta fase de las negociaciones es necesario trabajar «por los más desfavorecidos, como los niños, y ver si podemos poner en marcha el mecanismo para ellos y ayudar a la parte humanitaria. Esperamos empezar por los más pequeños», añadió Zuppi. «Los niños deben poder regresar a Ucrania. Así que el siguiente paso será, en primer lugar, examinar a los niños y, a continuación, ver cómo hacer que regresen, empezando por los más frágiles», explicó.

En Moscú, Zuppi se reunió con el entorno del presidente Vladimir Putin, después de haber sembrado la semilla inteligentemente con la poderosa Maria Lvova-Belova, comisaria rusa para los derechos del niño. Como es bien sabido, la Corte Penal Internacional dictó el pasado mes de marzo una orden de detención contra la comisaria, acusada de deportación ilegal de niños ucranianos.

El caso había sido planteado por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien se lo contó al Papa Francisco en una audiencia privada en el Vaticano el 13 de mayo de 2023. No hay una estimación exacta de los niños ucranianos, muchos de ellos huérfanos, sacados de las zonas rusoparlantes del Dombás y trasladados a la fuerza a Rusia.

Lvova Belova publicó una foto de la reunión, en la que estrecha la mano del cardenal Zuppi y, en una breve declaración, afirma: «Llevamos a cabo nuestro trabajo de forma abierta y coherente. Estoy segura de que el amor cristiano y la misericordia ayudarán al diálogo y al entendimiento mutuo».

A estas palabras se sumaron las importantes declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serghei Lavrov, recogidas por la agencia de noticias rusa Tass: «Rusia buscará la verdad con su propia investigación. Estamos muy preocupados por el destino de los niños en las zonas de conflicto. La lista de niños que se encuentran ahora en territorio ruso es conocida, nadie oculta sus nombres, ni las coordenadas de dónde están. Y si estos niños tienen padres o familiares directos, tienen todo el derecho a llevarselos».

En el Vaticano, esta doble declaración se tomó como una señal del buen impacto que el cardenal Matteo Zuppi consiguió transmitir a sus interlocutores. Las sensaciones se concretaron aún más al término de la delicada reunión entre el enviado del Papa y Yuri Ushakov, consejero del presidente ruso, Vladimir Putin, con la que concluyó la misión diplomática vaticana.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, citado por la agencia Interfax, precisó que «no se alcanzó ningún acuerdo concreto en las conversaciones con Yuri Ushakov, asesor del presidente Vladimir Putin. El diálogo continuará si es necesario». Fue un intercambio de puntos de vista e información sobre cuestiones humanitarias en el contexto de la situación ucraniana, fueron las palabras de Peskov.

Ushakov dio otra señal de distanciamiento. Habló de «gran aprecio» por la posición «equilibrada e imparcial» del Vaticano esbozada por Zuppi sobre la situación en Ucrania. El Vaticano, añadió Ushakov, ha mostrado su voluntad de despolitizar la solución de los problemas humanitarios relacionados con el conflicto en Ucrania. «Apoyamos esta intención del Papa», concluyó el asesor de Putin.

Estas palabras han roto definitivamente el hielo entre las partes, y que en los Sagrados Palacios Romanos refuerzan la idea de que el Vaticano, con la moderación y los pasos adecuados, puede abrir una puerta a la paz que hasta ahora parecía completamente vedada.

Reforzando este pensamiento estaba también el nuncio apostólico en Rusia, monseñor Giovanni D'Aniello. «La misión que el Santo Padre Francisco ha confiado a Su Eminencia el cardenal Zuppi –dijo D'Aniello– es identificar y alentar iniciativas que permitan iniciar un camino que, esperamos, pueda conducir a la tan deseada paz». Como para reiterar que el realizado por Zuppi es solo el primer paso de un camino que promete ser largo y con muchos obstáculos, pero que el Vaticano quiere afrontar a toda costa.

El viaje de Zuppi a Moscú también pretendía reforzar las relaciones entre la Iglesia católica y el Patriarcado ortodoxo, que se habían vuelto muy tensas debido a la guerra de Ucrania. Zuppi y Kirill se reunieron en un ambiente que parecía tranquilo. «Es importante que todas las fuerzas del mundo se unan para evitar un gran conflicto armado», dijo el Patriarca ruso al enviado del Papa, según la agencia de noticias rusa Ria Novosti.

Durante la reunión hubo una presencia estratégica al lado del cardenal: el nuncio en Moscú, monseñor D'Aniello. «Eminencia, estoy muy contento de que haya llegado a Moscú acompañado de hermanos que conozco bien», señaló Kirill al inicio de la conversación, «las Iglesias pueden trabajar juntas al servicio de la causa de la paz y la justicia».

Las palabras del Patriarca ortodoxo sellan otro punto a favor de la diplomacia vaticana. Zuppi no ha dado prácticamente ningún paso en falso. Tanto más cuanto que quienes conocen bien a ambos saben que existe una relación directa de influencia mutua entre Kirill y Putin. El cardenal enviado por el Papa ha recibido una amplia aprobación. Pero no se puede dar nada por sentado: los cambios de humor de la diplomacia rusa, incluso hacia el Vaticano, desde el comienzo de la guerra contra Ucrania han sido repentinos. La esperanza del Cura es que este sea el momento adecuado para iniciar una relación de confianza.

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