
La Plaza de San Pedro en el Vaticano
El Vaticano refuerza su lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo
El último informe de ASIF aclara que las entidades financieras están siendo más rigurosas y certeras a la hora de detectar y reportar actividades anormales, fruto de un proceso más depurado de selección
La Santa Sede sigue dando pasos firmes hacia la transparencia financiera. Así lo demuestra el Informe Anual 2024 de la Autoridad de Inteligencia y Supervisión Financiera (ASIF), el organismo de la Santa Sede encargado de «luchar contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo». Esta entidad también supervisa al Istituto per le Opere di Religione (IOR), el único banco autorizado a operar en el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Durante 2024, ASIF recibió 79 informes de actividad sospechosa, una cifra inferior a los 123 del año anterior. Aunque pueda parecer preocupante, el informe aclara que esta reducción es una señal positiva: significa que las entidades financieras están siendo más rigurosas y certeras a la hora de detectar y reportar actividades anormales, fruto de un proceso más depurado de selección.
De esos 79 informes, 73 procedían del IOR, lo que muestra una cooperación activa de esta institución con las labores de vigilancia financiera. Además, aumentó la colaboración con organismos nacionales e internacionales, con 65 comunicaciones oficiales (frente a 54 en 2023) y 44 intercambios de información (superando los 32 del año anterior), manteniéndose estables los casos enviados a la Oficina del Promotor de Justicia.
Trabajar por la transparencia
El IOR, más conocido como el 'banco del Vaticano', juega un papel central en todo el sistema financiero de la Santa Sede. En este sentido, ASIF realizó una evaluación específica de sus procedimientos de detección de riesgos y lo calificó como una entidad con «un compromiso adecuado» y «una organización eficaz».Este diagnóstico se acompañó de una recomendación para perfeccionar ciertos aspectos puntuales, que ya están siendo abordados mediante un plan de acción específico. Además, en diciembre de 2024 se retomaron las sesiones de formación para el personal del IOR, un paso importante para mantener el nivel de vigilancia y profesionalidad.
Por otro lado, el IOR ha reforzado sus controles internos y su perfil como institución sólida y transparente. ASIF mantuvo una supervisión constante sobre su gestión financiera, su liquidez y el cumplimiento de las normas prudenciales. También mejoró el llamado «Proceso de Revisión y Evaluación Prudencial» (SREP), una herramienta clave para asegurar la sostenibilidad financiera del banco. Además, se introdujo una nueva exigencia: que el IOR publique información sobre riesgos ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG), alineándose así con las tendencias internacionales en materia de finanzas responsables.
Moneyval corrobora las mejorías
En el ámbito internacional, el Vaticano recibió también el respaldo del Comité Moneyval del Consejo de Europa. Este organismo supervisa el cumplimiento de las normas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), y en su última evaluación, mejoró la calificación de tres áreas importantes: corresponsalía bancaria, transferencia de fondos y transparencia y titularidad real de las personas jurídicas. En total, la Santa Sede cumple plenamente con 35 de las 39 recomendaciones evaluadas, consolidando así su compromiso con los estándares más exigentes a nivel global.
El presidente de la Autoridad de Inteligencia y Supervisión Financiera (ASIF), Carmelo Barbagallo, ha subrayado los avances obtenidos durante el último año en materia de transparencia y control financiero en la Santa Sede. En su tradicional «Carta del Presidente», que encabeza el Informe Anual 2024 del organismo, Barbagallo reafirma el compromiso de la ASIF con la legalidad y la integridad institucional.
«Con la fuerza de las cifras y la concreción de los argumentos, la Autoridad de Inteligencia y Supervisión Financiera ha logrado mantener, durante 2024, un alto nivel en su acción de prevención y lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo y en su actividad de Supervisión sobre el IOR», afirma el presidente, destacando la solidez de la labor realizada a lo largo del año.
«Entre las actividades llevadas a cabo por la Autoridad», escribe, «me gustaría destacar la relevancia de dos de ellas: por un lado, la capacidad de ayudar a identificar –a efectos de su posterior recuperación– el camino del dinero procedente de delitos; y por otro, la contribución ofrecida a las Autoridades vaticanas y a las personas jurídicas en la prevención de posibles blanqueos de dinero y de la utilización de dinero procedente de delitos», ha aseverado.