Si la pared del apéndice se inflama, esto provoca un dolor intenso en la parte inferior derecha del abdomen

Una alimentación equilibrada es clave para evitar la inflamación crónica

Las claves de una nutricionista para seguir una alimentación antiinflamatoria

Una alimentación equilibrada es clave para evitar la inflamación crónica

La inflamación es una respuesta del sistema inmunitario a los invasores y las amenazas de nuestro organismo sin embargo, si el cuerpo sufre un estrés constante puede dar lugar a una inflamación excesiva. La nutricionista Sandra Moñino, en su libro Adiós a la inflamación (Ed. HarperCollins), ofrece todas las claves y trucos para identificar, prevenir y combatir la inflamación crónica.

La nutricionista explica que, al igual que cuando notamos un golpe en el brazo nuestro cuerpo se inflama para proteger nuestros huesos y nuestros músculos, «cuando tú comes un alimento que es pro inflamatorio, como por ejemplo el azúcar o las grasas hidrogenadas, nuestro cuerpo se inflama para protegernos frente a ese ataque. Si un día te tomas un helado, no pasa nada, porque esa inflamación al día siguiente se va a pasar. Pero si estás constantemente expuesto a este tipo de de alimentos nuestro cuerpo crea una inflamación crónica intestinal».

Cómo evitar la inflamación crónica

Para evitar esa inflación crónica lo primero –asegura Sandra Moñino– es llevar una alimentación equilibrada:

  1. Intentar variar al máximo los alimentos que estamos tomando, por ejemplo, cambiar mucho las frutas, las verduras, elegir diferentes tipos de colores porque son diferentes tipos de polifenoles que son el alimento perfecto para esas bacterias que tenemos en el intestino.
  2. Eliminar, o disminuir al menos, los alimentos que sean por inflamatorios como los que hemos nombrado: azúcar, edulcorantes, grasas hidrogenadas, aceites vegetales ricos en Omega seis, como puede ser el aceite de girasol, aceite de palma, aceite de colza. De este grupo excluimos el aceite de oliva virgen extra, rico en Omega nueve y antioxidante y que sí que es necesario y lo tenemos que tomar.
  3. Incluir alimentos antiinflamatorios dentro de una alimentación variada y no resignarnos con ciertos alimentos como por ejemplo los ricos en Omega tres, –como el pescado azul–, por lo menos dos veces o tres veces al día. En el caso de que tengamos inflamación crónica, no deben faltar los boquerones, las sardinas, las anchoas o la caballa. Las nueces y el resto de frutos secos; el aguacate o las aceitunas.
  4. Es importante masticar muy bien los alimentos para ayudar a nuestro cuerpo a realizar bien las digestiones y dejarle esos descansos metabólicos como hemos hablado.
  5. Intentar movernos, hacer ejercicio físico y no mantenernos sedentarios.
  6. Descansar un mínimo de siete u ocho horas diarias, que es algo esencial para mantener estable nuestro cuerpo.
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