Tres de los peores productos que puedes comprar en el súper, según un nutricionista

Cuidar la alimentación en clave para favorece el crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo; además, puede proporcionar beneficios a largo plazo, entre ellos la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad y de enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la ingesta calórica debe estar equilibrada con el gasto calórico: «Para evitar un aumento malsano de peso, las grasas no deberían superar el 30 % de la ingesta calórica total» y añade la necesidad de : «Limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10 % de la ingesta calórica total. Para obtener mayores beneficios se recomienda reducir su consumo a menos del 5 % de la ingesta calórica total».

En este sentido, el técnico superior en dietética e investigador Miodrag Borges explica en su canal de Instagram tres de los peores productos que puedes comprar a un niño o adolescente.

En primer lugar, los fideos instantáneos que según asegura «nutritivamente son un desastre y tienen un listado de ingredientes casi infinitos con una cantidad de aditivos exagerada. Además, contienen azúcares de diferentes modalidades, aceites y grasas de baja, calidad y un largo etc».

En segundo lugar, el colorante alimentario cuyo componente denominado tartrazina puede tener, según figura en su etiqueta, efectos negativos sobre la actividad y atención de los niños.

En tercer lugar, «un clásico que sigue sorprendiendo»: los zumos. El divulgador asegura que «tomar alguno esporádicamente no va a ser un problema, pero un sólo vaso de 250 ml supera la cantidad de azúcar libre, recomendada para un niño».

Consejos para una dieta sana

La OMS recoge en un documento los consejos para seguir una dieta sana:

1. Comer al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto patatas, batatas y otros tubérculos feculentos.
2. Respecto a los azúcares libres, aquellos que se añaden a los alimentos o las bebidas la OMS recomienda que no sobrepase los 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5% de la ingesta calórica total.
3. Menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las grasas no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las grasas saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo), y las grasas trans de todos los tipos, en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables), y grasas trans de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes tales como vacas, ovejas, cabras y camellos).
4. Respecto a la sal se aconseja tomar menos de 5 gramos, aproximadamente una cucharadita al día. La sal debería ser yodada.