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Bienestar

Qué tipo de humedad tienes en casa y cómo puedes actuar contra ella

Las humedades pueden llegar afectarnos más de lo que creemos en nuestro día a día

Las humedades son acumulaciones de humedad o agua en paredes, techos, suelos u otras superficies de una construcción. Suelen aparecer en forma de manchas, moho, o áreas húmedas que pueden deteriorar materiales de construcción, afectar la pintura o el revestimiento, y causar malos olores. No solo deterioran la estética de los espacios, sino que también pueden comprometer la estructura de un edificio y, en algunos casos, afectar la salud de las personas, especialmente si producen moho y hongos.

Generalmente, podemos distinguir entre tres tipos de humedades:

1. Humedad por condensación

La humedad por condensación es una de las más comunes y aparece cuando el vapor de agua en el aire entra en contacto con superficies frías, como paredes, ventanas o techos, y se convierte en gotas de agua. Este tipo de humedad es habitual en invierno o en lugares mal ventilados, ya que el aire frío exterior enfría las superficies interiores, provocando la condensación.

Las principales causas de su aparición son, además de la poca ventilación, una calefacción desigual, un aislamiento deficiente, o la realización de actividades que generan vapor, como cocinar o ducharse sin la ventilación adecuada.

Para reducir este tipo de humedad necesitamos ventilar bien las habitaciones, especialmente los baños y la cocina. Abrir las ventanas unos minutos al día puede ayudar mucho a eliminar el exceso de humedad.

Por otro lado, usar deshumidificadores, tener una calefacción adecuada y un buen aislamiento puede ser de mucha utilidad.

2. Humedad por filtración

La humedad por filtración ocurre cuando el agua del exterior penetra en el interior de la vivienda a través de grietas, fisuras o materiales poco impermeables en techos, paredes o cimientos. Este tipo de humedad es común en áreas expuestas a la lluvia o en construcciones antiguas que no están adecuadamente impermeabilizadas. A largo plazo, esta humedad puede dañar la estructura del edificio, afectar revestimientos y provocar el deterioro de muros, techos y pisos.

Para reducir esta humedad es indispensable verificar y reparar el sistema de impermeabilización en techos, terrazas y paredes exteriores, usando los productos adecuados. También es importante reparar grietas y fisuras en las paredes o techos y, en caso de que el agua se acumule cerca de las paredes, que el drenaje sea adecuado para evitar que se filtre el agua. En algunos casos, es posible instalar canales de drenaje o mejorar la inclinación del suelo.

3. Humedad por fugas en las instalaciones

Esta es la más difícil de solucionar ya que requiere localizar la fuente exacta de la fuga, que suele estar en las cañerías o instalaciones de agua. Se filtra lentamente y puede tardar en aparecer. Además de sanear y reparar la pared afectada, puede ser necesario contactar con un fontanero que verifique si existe algún escape en las conexiones de agua y encontrar el origen para evitar que la humedad regrese con el tiempo.

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