La legumbre cargada de proteínas que reduce los sofocos en la menopausia

Entre los 45 y los 55 años todas las mujeres pasan por un periodo fisiológico condicionado por los cambios hormonales en los que los ovarios dejan de ovular y de producir las hormonas femeninas estrógeno y progesterona. La menopausia es un proceso biológico natural y los síntomas, incluidos los cambios en la menstruación, sofocos, alteraciones del sueño o emocionales, pueden variar de una mujer a otra.

Para aliviar estos síntomas existen tratamientos hormonales pero diferentes estudios han concluido que pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Los medicamentos con base de estrógenos aumentan el riesgo de cáncer de mama, mientras que los extractos de isoflavonas solo funcionan levemente, lo que deja a las mujeres sin opciones. ¿Qué hacer entonces?

Un estudio publicado por la Sociedad Norteamericana de Menopausia ha descubierto que una dieta basada en soja puede reducir los sofocos hasta en un 79 %. El trabajo, llamado ensayo WAVS, muestra que los cambios en la dieta pueden ser más efectivos contra los sofocos de lo que se pensaba.

Dieta basada en la soja

Durante la investigación no se utilizaron medicamentos ni extractos hormonales, sino una combinación de plantas bajas en grasas junto con judías de soja añadidos en ensaladas o sopas todos los días.

«Es un cambio de paradigma para las mujeres mayores de 45 años, ya que ahora sabemos que pueden obtener un alivio rápido de los síntomas más severos de la menopausia son medicamentos», explicó Neal Barnard, responsable del equipo de investigación y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington.

«Estudios anteriores habían demostrado que la soja podría ser beneficiosa, por lo que decidimos poner a prueba un cambio de dieta», comentó la coautora del estudio, Hana Kahleova. «Al final del estudio, la mayoría de las mujeres con una dieta basada en plantas ricas en soja informaron que ya no experimentaban sofocos de moderados a extremos, y mejoras significativas en su calidad de vida».

Los sofocos totales disminuyeron en un 79 % y de moderados a graves se redujeron al 84 % mientras que no hubo ningún cambio en el grupo de control. Muchos participantes del estudio también informaron mejoras en los síntomas sexuales, el estado de ánimo y la energía en general.