Coronavirus
España solo ha repartido el 2 % de las pastillas anticovid por las que se pagaron 238 millones
En países como Estados Unidos se ha habilitado un centro para dispensar el fármaco entre los habitantes
La promesa de la compra del antiviral Paxlovid llegó tarde, pero más aún el reparto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que los hospitales antes de febrero recibirían 344.000 dosis del único antiviral oral de Pfizer para tratar a pacientes inmunodeprimidos o de riesgo. Marzo estaba acabando y los centros hospitalarios aún no habían recibido ni una sola dosis del tratamiento.
Tal y como afirmó la ministra de Salud, Carolina Darias, se trata del fármaco más potente hasta el momento para acabar con la COVID-19 en los pacientes inmunodeprimidos, ya que funciona contra todas las variantes del coronavirus, lo contrario que sucede con las vacunas actuales.
El 27 de enero, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dio luz verde a estas píldoras. España mostró un gran interés, tanto que realizaron una compra por 238 millones de euros, que cubría un total de 344.000 tratamientos, por lo que cada dosis cuesta aproximadamente 691 euros cada uno. No obstante, el atractivo que mostraba el Ejecutivo hacia este tratamiento se ha quedado obsoleto, ya que su uso está siendo nulo.
Según se ha notificado, Sanidad ya ha recibido 51.649 tratamientos. 50.000 se han repartido a las comunidades, pero hasta la fecha solo se han dispensado 1.218, lo que corresponde a un 2 % aproximadamente.
Requisitos nada claros
Según los expertos este escaso reparto se debe a la falta de claridad de los requisitos necesarios para poder administrar el Paxlovid. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) especificó que el antiviral era prioritario para las personas mayores de 80 años «con al menos un factor de riesgo para progresión» y los no vacunados.
Otro de los obstáculos para la dispensación del Paxlovid se debe al procedimiento de las recetas. Un médico de Atención Primaria o de hospital puede recetar el tratamiento después de que el paciente haya dado positivo, pero con la fase de 'gripalización' de la covid impuesta por Sanidad las pruebas de diagnóstico son limitadas, por lo que si el enfermo se ha hecho la prueba en casa, pero no se la hacen en los hospitales no se le facilita el antiviral.
En Estados Unidos el Paxlovid se está utilizando con más éxito. Allí el Gobierno ha abierto unos centros llamados Test to treat (realizar una prueba para recibir tratamiento). Se ejecutan pruebas al instante o los ciudadanos se las llevan de casa. Si dan positivo(y cumplen con los requisitos) se marchan con una caja de Paxlovid.